Thursday, October 20, 2016

CONVERSANDO CON CAVAFIS Y BENEDETTI EN CAMINO A VALPARAISO

CONVERSANDO CON CAVAFIS Y BENEDETTI EN CAMINO A VALPARAISO

El camarote estaba alumbrado por la puesta de sol. A la hora de los rosarios y las vísperas gregorianas llegaba la violencia, el alcoholismo, el terror. Décadas más tarde, Benedetti y Cavafis entraron, despojaron la historia. La luz de la tarde no trajo la explosión, comenzó otra vida. Las memorias eran poesía, dejaron de doler.

EL FAVOR DE ALEJANDRO POR CAVAFIS Y SU ANCIANO LECTOR

Eras Alejandro. Podías perder.
Ensalzado, deificado en Delfos,
la debilidad de Balas, por él deseado.
Joven, guapo, guerrero, poderoso,
Antioquía era tuya.

Sin imperios ni glorias, el anciano lector,
enamorado, pierde lo poco que le queda:
su amor, su odio. Con la vejez a cuestas
se consuela, se entrega y no pierde,
se pierde en el poema.

DOS CIELOS: BENEDETTI. Y TÚ SIN NINGUNO

Los ojos blancos "tiernos y del sur" de los muertos en Dos Cielos, por Benedetti, no son los tuyos en un bar de Santurce, cazando como una rata tras un pedazo de queso, "insomnes en su sábana". La astucia desenfocada, desenfrenada, antes de tu cuerpo partir,  te llevó a la muerte. Los ojos blancos confirman
"con sus revelaciones que no cesan
y que presumo no van a cesar"
de dejarte saber que estás muerto.

A tu lado ella, figurea su pose de maniquí. Opuesto a ambos, él con su amante. Se miran. Traicionan. Sobre el hombro de tu esposa, pretendes, te pavoneas, con el brazo izquierdo. Con la mano derecha en tu bolsillo frotas lo que no quieres usar. Calculas la distancia que te tomará en llegar al lado opuesto sin poder nunca ser. Ninguno de los dos podrán ser. Traicionan.

"No obstante en la rendija
inútil del pasado"
el recuerdo de otros muertos, otros hombres ajenos,
aparecerán como
"pájaros que desmienten el olvido".

VUELVE CAVAFIS
Cavafis entró al camarote: el viaje al Sur de Benedetti no fue en vano. Su compañía alivió el vacío que deja la partida. Regó el éxtasis por todo el cuerpo -la piel recuerda-, las sábanas blancas, marcó su terreno con manchas amarillentas secas, el gemido de un hombre, dos. Constatin: "Vuelve".

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