Después de haberse comunicado en plan de pretendiente romántico por casi tres años, el cuarentón -que se presentaba como cristiano, sincero y honesto y que sirvió como fuente para la colección de relatos El Principito Uruguayo-, de un día para otro, le dijo al hombre bastante mayor, que porque tenía problemas con su papi no le podía escribir más, pero que de corazón, rezaría por él; y el bloguero que oyó el cuento frunció el ceño y preguntó: -"¿Se la creyó, la excusa? ¿Reza?"-. El otro, que no esperaba una ruptura tan radical, sorprendido, dijo que sí, que el cuarentón se arrodillaba y rezaba todas las noches, pero que no podía ni pensar, que el cuarentón se creyese su propia excusa, pero que él no lo creyó, y que aunque su edad lo debió haber curado de espantos, sufrió un shock.
Sufre en shock cualquiera, si también te enteras que el cuarentón apoya a grupos de ultra derecha, neo fascistas, desprecia a los negros, los pobres, los bolivanos, los centrucas, y disfruta del conquistar viejos a través de las redes sociales, viejos perdidos en su soledad, para luego despacharlos con frívolas excusas. Que, incluso, uno de sus viejos se suicidó. Hasta el bloguero que documentó el cuento sufrió el shock, cuando oyó toda esa historia y una razón tan poco factible, "tengo problemas con papi", viniendo de un hombre de cuarenta y pico de años. No es de dudar que el cuarentón tiene que tomar calmantes para anestesiar su cerebro, y así poder, siendo cristiano, creerse a sí mismo un hombre de fe, honesto y sincero; a menos que sea un mentiroso patológico y sufra de disociación psico-social u otra forma más severa de una enfermedad mental.
Friday, October 7, 2016
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