“Too often, much too often -perhaps not-, I allowed my desires to control my judgement. And viceversa. Making matters more complicated by the intricacies of cultural contexts; pragmatism and utopia clashing in the middle of a decision: should I fuck with him or not; must I accept his many rendevouz; should I avenge myself? I did many times; difficult to accept without some little degree of shame, but it was all a marvelous emotional and physical roller coaster, including physical transformation caused by death. He died.”
Friday, November 30, 2018
IDENTIDAD Y LITERATURA "INFANTIL" LATINOAMERICANA
“Podemos concluir que, de manera efectiva se encontraron elementos suficientes en los textos de Literatura Infantil revisados para esta investigación, que se encontraron en ellos los elementos claves de la identidad caribeña, y que al igual que no solo en los textos considerados clásicos de literatura, sino en textos mucho más contemporáneos, los temas, las imágenes, los recursos, dan cuentan de los elementos necesarios y suficientes para facilitar a nuestros niños y niñas la construcción de su identidad Latinoamérica y caribeña, ya sin el dolor del látigo del negro de la plantación, ya sin el lamento del indígena saqueado, ya sin la posición arrogante del blanco, y sin ánimo de revancha, sino con la convicción que es mucho más que eso y puede poblar de cuentos, cantos y per- fumes un mar, un río, un continente.” (Jenny Fraile. Universidad Metropolitana, Venezuela: http://www.redalyc.org/pdf/310/31048902030.pdf)
Thursday, November 29, 2018
TEORÍA Y PRAXIS EN LA EDUCACIÓN BILINGÜE EN NYC
Creo que fue el novelista Tom Wolfe quien llamó "comunistas de salón" a los liberales burgueses que organizaban reuniones con los grupos de izquierda en sus apartamentos en Park Ave. Si el comentario o crítica la hace un hombre como Tom Wolfe o un hombre negro o una mujer blanca heterosexual, la respuesta de la sociedad en general es probablemente distinta a la que tendría, si la crítica la hace un homosexual; y si el homosexual está criticando los "campos" donde éstos no deben ni ir (por ej., educación), ni lo oyen. La homofobia y el racismo en la educación bilingüe es bastante conocido, pero ha sido poco documentado (lo que yo oía de algunos maestros y profesores en CCNY era suficiente evidencia para comenzar una campaña contra la homofobia, xenofobia y racismo en las escuelas bilingües de NYC).
En este blog he discutido algunas de esas prácticas y citado literatura ligada al tema: desde la colombiana que quería que estudiasen a los niños caribeños para encontrar las fallas causales de su fracaso (la muy pomposa educadora a cargo de la educación de niños boricuas no había leído la literatura sobre "compensatory education" y la crítica contundente, y multidisciplinaria a la misma en los EEUU; y era tan "ignorante" la educadora, que parece que no se había enterado que el enfoque educativo que seguía su escuela y el proyecto bilingüe que ella dirigía estaban vinculados a Lillian Weber y el Workshop Center for Open Education, creado, en gran medida, para contrarrestar el "compensatory education movement"), hasta el comportamiento racista de la profesora judía americana (incitada a que lo hiciese, no dudo, por otra profesora latina arribista y mercantil en su ideario), quien sin pizca de vergüenza, siendo ella una profesora sin permanencia, saboteó descaradamente e indirectamente por escrito una conferencia sobre educación y pueblos indígenas organizada por uno de los fundadores -un puertorriqueño abiertamente gay- del programa académico donde ella ejercía como docente; sirviendo como evidencia de que no sólo se reúnen los "comunistas de salón" en Park Avenue. Están en la academia.
En este blog he discutido algunas de esas prácticas y citado literatura ligada al tema: desde la colombiana que quería que estudiasen a los niños caribeños para encontrar las fallas causales de su fracaso (la muy pomposa educadora a cargo de la educación de niños boricuas no había leído la literatura sobre "compensatory education" y la crítica contundente, y multidisciplinaria a la misma en los EEUU; y era tan "ignorante" la educadora, que parece que no se había enterado que el enfoque educativo que seguía su escuela y el proyecto bilingüe que ella dirigía estaban vinculados a Lillian Weber y el Workshop Center for Open Education, creado, en gran medida, para contrarrestar el "compensatory education movement"), hasta el comportamiento racista de la profesora judía americana (incitada a que lo hiciese, no dudo, por otra profesora latina arribista y mercantil en su ideario), quien sin pizca de vergüenza, siendo ella una profesora sin permanencia, saboteó descaradamente e indirectamente por escrito una conferencia sobre educación y pueblos indígenas organizada por uno de los fundadores -un puertorriqueño abiertamente gay- del programa académico donde ella ejercía como docente; sirviendo como evidencia de que no sólo se reúnen los "comunistas de salón" en Park Avenue. Están en la academia.
Wednesday, November 28, 2018
ALMUERZO CON MI HERMANA
Haber sido el primero de mi familia inmediata en ir a la universidad abrió un camino hacia otras escalas de valores que hoy sigo desenredando. De seis hermanos, dos más terminaron la secundaria; los otros tres estudiaron la primaria y luego a trabajar en las fincas o de costurera o de hijas de crianza (un eufemismo puertorriqueño para nombrar a las criadas sin paga, sobre el cual he escrito en este blog, ya que dos de mis hermanas fueron colocadas como “hijas de crianza”). Un padre picador de caña y una madre vendiendo carbón no tenían los recursos ni contactos sociales para poder enviar a todos sus hijos a la escuela.
A los dos años de terminar mi grado asociado en pedagogia y con licencia para trabajar como maestro rural, con dieciocho años a mis espaldas (entré a la universidad cuando tenia dieciséis; cómo lo hice, requiere otro ensayo), comenzó mi entrada y la de mis padres a la clase media baja. Mis otros hermanos estaban fuera de la casa, casados y tratando de salir de la pobreza.
Frente a esa historia de familia, viendo el orgullo de mis padres, y consciente de que quería que ellos disfrutasen de la nueva vida, que tuviesen una visión de un futuro seguro para ellos y para mí, me aseguraba que mis nuevas amistades conociesen a mi familia. Aquella casucha llena de rotos, sin puertas, de cuatro cuartos con letrina y cocina en el patio fue escenario para demostrar a mis padres que no me avergonzaba de la pobreza y que quería que ellos compartieran de tú a tú con la gente que ellos una vez miraban de lejos: maestros, directores de escuela, orientadores. A mi casa los llevaba a comer la buena cocina de mamá. Décadas más tarde, muchos de aquellos maestros y otros que conocí en la marcha siguieron visitando a mi familia. De todos mis amigos, el más reaccionario, Junior Grafals entendía muy bien lo que yo quería lograr cuando me aseguraba que mis compañeros profesionales conociesen a mi familia, y un día me lo dijo y apoyó con firmeza.
Quizás, por ese énfasis en llevar a mis colegas a conocer a mi familia fue que no me di cuenta que la pareja de cubanos burgueses profesores universitarios que me pidieron el teléfono de mi hermana, ya que iban de vacaciones a Puerto rico, y querían conocerla, de que sus intenciones eran otras. No, no querían conocerla para crecer o compartir con ella. Iban a verla como hace muchos liberales con los pobres, los negros, los homosexuales, como si fuesen monos en un zoológico.
Me explico: mi hermana, una mujer con poca escolaridad, cuyas cenas son familiares y de costumbre no hubiese invitado gente a almorzar como lo hacen las clases medias; no es parte de su “roce soclal”. En nuestra casa sólo invitaban gente para los bautizos y bodas. Dada esa historia, y yo jugando el papel de burguesito, le digo a mi hermana que mis ex colegas iban a llamarla, que los invitara a almorzar (le tuve que contestar un montón de preguntas sobre como poner la mesa, que servir primero). Cuando los profesores llegaron, saludaron, tomaron fotos, y luego dijeron que no podían quedarse a lamorzar porque tenian otro compromiso. Algo que ellos sabían, porque le dije explícitamente a mi hermana que los invitara.
Mi cuñado, más astuto que yo, se dio cuenta del desaire, y consciente del porqué yo invitaba a mis colegas a visitar mi familia, me dijo: “Cuñado, no tiene que traernos gente así a la casa. Nosotros sabemos que usted nos quiere”. Después de esa vergüenza, decidí que mi cuñado tenia razón, y que era mejor que sólo la familia almorzase con mi hermana.
Tuesday, November 27, 2018
I SHARED HIM
La acongojada esposa del fenecido político niuyokino dijo a los periodistas durante el velorio: "I shared him with this community". Con razón el politico se murió joven, debe haberse cansado de sentirse propiedad de su esposa tan poderosa, que lo compartió con su pueblo. No es la única ni el único esposo que ni se dan cuenta de lo que dicen, sus parejas son su propiedad.
No hace poco, en una conversación con un pariente y su esposa sobre otra pareja donde la mujer quería controlar hasta cómo se relacionaba su marido, y con quién, llevando a la familia del marido a que se alejara de ambos, para mi sorpresa, incluso, con la información y juicio dado sobre ese tipo de persona controladora, casi siempre con menos educación y posibilidades profesionales que su pareja, la esposa del pariente a quienes le hacía el cuento respondió: "Ah, pues yo a.... le digo que salga de casa y que....".
Ni con todo el preámbulo explicatorio, se dio cuenta esta otra controladora de lo que decía. El marido tampoco, porque él sonreía.
No hace poco, en una conversación con un pariente y su esposa sobre otra pareja donde la mujer quería controlar hasta cómo se relacionaba su marido, y con quién, llevando a la familia del marido a que se alejara de ambos, para mi sorpresa, incluso, con la información y juicio dado sobre ese tipo de persona controladora, casi siempre con menos educación y posibilidades profesionales que su pareja, la esposa del pariente a quienes le hacía el cuento respondió: "Ah, pues yo a.... le digo que salga de casa y que....".
Ni con todo el preámbulo explicatorio, se dio cuenta esta otra controladora de lo que decía. El marido tampoco, porque él sonreía.
CCNY: LA ENSEÑANZA DE ESPAÑOL Y EL PROFESOR PUERTORRIQUEÑO
Uno de los temas menos explorado en la educación bilingüe es el racismo o etnocentrismo u homofobia interior, dentro de sus propias prácticas. Los maestros y profesores bilingües no se libran de esos males simplemente por ser bilingües o por haber estudiando dicha disciplina. Mis propias experiencias, así como la de compañeros y estudiantes sirven para comprobar que en la educación bilingüe hay prácticas discriminatorias por cuestiones de raza o procedencia étnica o de orientación sexual.
Algunos de mis compañeros "latinos" no boricuas de CCNY (además de que, cuando celebraban fiestas importantes, solo invitaban a los profesores blanquitos) fomentaban el discrimen contra el español de los puertorriqueños. No lo hacían abiertamente.
Algunos de mis compañeros "latinos" no boricuas de CCNY (además de que, cuando celebraban fiestas importantes, solo invitaban a los profesores blanquitos) fomentaban el discrimen contra el español de los puertorriqueños. No lo hacían abiertamente.
Al estudiante peruano -como hicieron con otros- que no veía nada raro en la expresión “te paso llamando”, le dieron un waiver/vale para que tomara otra clase, en vez de la oficial, requisito para graduarse, “La enseñanza de español en la educación bilingüe”, que yo diseñé y propuse cuando el Programa de Educación Bilingüe fue, por primera vez, presentado a la facultad; un curso que otras instituciones de educación superior ofrecían en inglés englobado en los cursos sobre lenguas minoritarias. Todo hubiese sido un trámite burocrático si las razones hubiesen sido otras.
En el caso citado, al estudiante le dieron el vale porque quien enseñaba la clase en CCNY era un puertorriqueño y el peruano no consideraba que el profesor, por ser puertorriqueño, podía enseñarle español (esta evidencia fue recogida durante una conversación entre el estudiante y otra profesora latina). Un grave error por parte del estudiante y, no me sorprende, por parte de los educadores.
Primero, la clase no era para estudiar español como tal, sino sobre los procesos, métodos y teorías que fundamentaban la enseñanza de ese idioma en las escuelas bilingües.
Segundo, años más tarde, el estudiante tuvo que tomar otra clase sobre materiales educativos con el mismo profesor (ahí no tenía escape), pidió permiso para escribir sus pruebas y monografías en español, y cuando entregó su primer informe, tuvo que corregirlo por causas de la cantidad de errores ortográficos e ideas explicadas pobremente, y por carecer de evidencia científica y literaria.
Los profesores latinos que le dieron el permiso creyeron al estudiante, como hicieron con unos cuantos más, sin nunca investigar si estos estudiantes sabían tanto español como ellos reclamaban, y mucho menos, qué sabían sobre su enseñanza, en particular lo que tiene que ver con el español y los puertorriqueños, colonización, bilingüismo.
Monday, November 26, 2018
LOS HURACANES Y EL LAVADO DE ROPA EN EL RÍO
"'Hay que inventárselas...aquí estamos lavando ropa, cocinando un arroz con jamonilla y salami y hasta aproveché y me afeité': dijo Rubén Rivera, jocosamente, a un periodista durante los días después del huracán María azotar a Puerto Rico.
Hacia el 1930, "Por allá, por San Felipe", comenzó mamá -igualito a muchos puertorriqueños de su generación, que relataban las épocas anteriores a través de los huracanes- a contar sobre el día que papá regresó a Jájome, montado a caballo en un viaje de días, después de que el muy bullanguero padre se había ido a buscar mejor suerte o mujeres en los bares de Jobos, Las Mareas, la costa -algo que hizo unas cuantas veces- abandonando a mi madre y hermana mayor, una bebé.
Mamá se enteró que él venía de vuelta, porque abuela -con quien vivía- envió un muchacho para que le avisara, que "dejara de lavar ropa en el río, que Felipe venía por el camino de Jájome Bajo y quería ver la nena".
Circunstancias y estados de ánimos distintos, ambas estampas muestran variables muy parecidas: la carencia y la capacidad para enfrentarse a la vida y resolver. Mi generación pensaba que era la última -o se pensó ser la última- en ver a sus padres o conocer parientes que lavaron ropa en el río.
Hacia el 1930, "Por allá, por San Felipe", comenzó mamá -igualito a muchos puertorriqueños de su generación, que relataban las épocas anteriores a través de los huracanes- a contar sobre el día que papá regresó a Jájome, montado a caballo en un viaje de días, después de que el muy bullanguero padre se había ido a buscar mejor suerte o mujeres en los bares de Jobos, Las Mareas, la costa -algo que hizo unas cuantas veces- abandonando a mi madre y hermana mayor, una bebé.
Mamá se enteró que él venía de vuelta, porque abuela -con quien vivía- envió un muchacho para que le avisara, que "dejara de lavar ropa en el río, que Felipe venía por el camino de Jájome Bajo y quería ver la nena".
Circunstancias y estados de ánimos distintos, ambas estampas muestran variables muy parecidas: la carencia y la capacidad para enfrentarse a la vida y resolver. Mi generación pensaba que era la última -o se pensó ser la última- en ver a sus padres o conocer parientes que lavaron ropa en el río.
SELLOS
Puntualmente, a las nueve estaba en fila, esperando mi turno para que el muy diligente, bien planchado y cortés oficinista (así le llaman en PR a los burócratas: oficinistas) me atendiera. Miró detenidamente mi récord en la pantalla de su ordenador, se levantó del escritorio y abandonó la cabina detrás de la ventana de cristal que nos separaba (a la cual pegaba mi oído, ya que, por un lado, la medio sordera de viejo y por otro, lo alto del roto en el cristal por donde nos comunicábamos no permitían que entendiese muy bien el enredo que el buen empleado me trataba de explicar).
Caminó, midiendo el tiempo, hasta otra cabina donde imprimió mi récord, regresó, me preguntó no sé qué cosa, repasó los documentos, y me dijo que los cómputos estaban mal registrados y que tenía que pasar por las oficinas centrales de la Colecturía (nombre que precisa lo que en esa oficina hacen: colectar dinero) en otra zona de la ciudad; que llevara las copias de los documentos que me iba a entregar, que allí me arreglarán los datos, los números correspondientes al estado de mis cuentas con el gobierno de la isla de los espantos, y a pagar al Estado lo que el Estado requiere. En Nueva York estos trámites los hago por teléfono o por la red. En Puerto Rico hay que ver cara a cara al oficinista.
Caminó, midiendo el tiempo, hasta otra cabina donde imprimió mi récord, regresó, me preguntó no sé qué cosa, repasó los documentos, y me dijo que los cómputos estaban mal registrados y que tenía que pasar por las oficinas centrales de la Colecturía (nombre que precisa lo que en esa oficina hacen: colectar dinero) en otra zona de la ciudad; que llevara las copias de los documentos que me iba a entregar, que allí me arreglarán los datos, los números correspondientes al estado de mis cuentas con el gobierno de la isla de los espantos, y a pagar al Estado lo que el Estado requiere. En Nueva York estos trámites los hago por teléfono o por la red. En Puerto Rico hay que ver cara a cara al oficinista.
Una hora en una fila para terminar siendo informado que tengo que ir a otra oficina donde otro burócrata y sabrá Dios qué más me va a decir: que los datos están mal registrados, que tengo que ir a otras oficinas, esperar, a saber cuánto voy a pagar, que no deducen mis gastos en viajes y tiempo para resolver problemas que yo no he creado, que tienen teléfonos, internet, sistemas computarizados que pueden resolver todo de lejos pero que no lo hacen por cuestión de bla, bla, bla... Al ver mi cara llena de preguntas y de resignación, el muy juicioso y eficiente oficinista, mientras me preparaba y entregaba los documentos que tendría que llevar a la otra oficina colectora, me dijo, como para darme ánimo o para sentirse que me entregaba algo concreto, que iba "a poner el sellito a los documentos". Sacó una antigua máquina de sellos y,¡prángana!, plantó en cada hoja el logo de la Colecturía.
Conforme y sumiso, en camino a la otra oficina del mismo organismo me dirijo, con mis documentos en mano, a oír sobre procedimientos y datos, sin mucha esperanza de poder resolver el problema; aunque oficializado, en cada uno de mis papeles tengo puesto el sello, que no es el mismo que me ponían cuando era joven, en aquel Puerto Rico obscuro y siniestro, y con el que me sacaban del clóset. Para aquel entonces, no era el de la Colecturía el único que se plantaba, era otro tipo de sello, simbólico, "underground discourse". Nada de máquinas. Se señalaba con el dedo a quien fuesen a sellar, sacar del armario. Luego, se pasaba el mismo dedo por la lengua, se marcaba la palma de la otra mano con el dedo ensalivado, se formaba un puño con la mano del dedo ensalivado y se remataba el sello, dando con el puño sobre la palma de la mano. Era un sello que marcaba y al que muchos se referían con un: "¡Qué sello tiene!"
¿Sería el sello que le planté al oficinista cuando me fijé en sus ojos -la lectura mutua-, acicalados dedos y camisita ajustada lo que lo llevó a sentirse solidario, ponerme un sello mental y luego ponerme el otro sello, el de la Colecturía?
Sunday, November 25, 2018
LEYENDAS PUERTORRIQUEÑAS, EDUCACIÓN E HISTORIA
Si aquí la memoria no pierdo, cuando salí, no de Collores, de Jájome o de la escuela Cautiño en Guayama cargué conmigo los relatos incluidos en ese libro que todavía recuerdo: Leyendas Puertorriqueñas, por Cayetano Coll i Toste.
Lectura obligada en las escuelas públicas de Puerto Rico sacaba a los estudiantes -de entre nueve y diez años- de los símbolos y cuentos en los que la literatura juvenil europea o estadounidense los encajaba. "Guanina y Sotomayor", “La palma del Cacique", los amantes en “La Garita del Diablo", “La muerte de Salcedo", “Yuisa" y sus perros frente a los españoles, “Cofresí" hablaban de vidas y eventos más cercanos a nuestro entorno e historia, sin perder la magia que tanto gusta a los lectores pubertos, los de "la edad del pavo".
Sí fué en la Cautiño con la Señora Zavaleta, ¿o fue una de las hermanas Catalineau en la Intermedia, con rigurosidad, dicción impecable, sintaxis perfecta y preguntas socráticas, quien nos llevó a conocer nuestra historia a través de la ficción?
Dicen que los libros ayudan a darle forma a la personalidad. Que somos productos de lo que leemos. Hay quienes van más allá y sostienen que una vez una persona es alfabetizada su cerebro es transformado. No queda duda que los textos, o afianzan lo conocido o lo cuestionan o comienzan un nuevo camino conceptual, narrativo, afectivo. Para nuestra generación, no fueron los viajes pseudomísticos de Harry Potter ni las novelistas románticas de Nueva Inglaterra las que ayudaron a darle forma, a reafirmar el cómo nos vemos y somos. Fueron las leyendas de don Cayetano Coll i Toste.
Otras fuerzas más poderosas trataron/tratan de imponer la historia y cultura de los EEUU, contrarrestar el logro de los educadores puertorriqueños: poner las expresiones, relatos del pueblo en el centro de su educación. Combatientes ayer y hoy, las leyendas recogidas por don Cayetano Coll i Toste sirvieron/sirven para no perder de vista la historia y letras puertorriqueñas.
Otras fuerzas más poderosas trataron/tratan de imponer la historia y cultura de los EEUU, contrarrestar el logro de los educadores puertorriqueños: poner las expresiones, relatos del pueblo en el centro de su educación. Combatientes ayer y hoy, las leyendas recogidas por don Cayetano Coll i Toste sirvieron/sirven para no perder de vista la historia y letras puertorriqueñas.
Saturday, November 24, 2018
EL PANTALÓN CON TIRANTES SOBRE ELCABALLITO DE MADERA
Los gustos y juicios adquiridos a temprana edad, vividos a través de experiencias inolvidables, hacen que uno haga parte de sus esquemas éticos, estéticos las experiencias y/u objetos que participaron en el proceso de aprendizaje a valorizar. Un caballito de madera y unos pantalones con tirantes marcaron mi sensibilidad.
El tío Cecilio era gruñón, franco, estricto y católico ortodoxo, cualidades que no contradecían su compasión, generosidad y caridad. Cuando vivía en NY era una de las dos casas -la otra era la de mi hermano- donde iba a celebrar las fiestas de Navidad. Con ellos me sentía que tenía familia en la ciudad que nunca duerme; y que podía llevar a mis amigos sin miedo a ser "rechazados" por ser "distintos". Marcela, su esposa, preparaba unos pasteles de masa navideños que dejaban puro placer en el paladar, y me guardaba dos o tres yuntas, para comer en su casa y para llevar conmigo.
Dos regalos que nunca olvido: el primero, mi hermana Ana cosió en su Singer un pantalón con tirantes; y el segundo, un caballito de madera que el tío, con su amor incondicional, me construyó. Ahí guardo las fotos, en una vestido con el pantalón que no me quitaba ni para dormir, frente a la casa de los Barreto en Jájome y en otra, una vez más, con el mismos pantalón al lado del caballito de madera.
El tío Cecilio era gruñón, franco, estricto y católico ortodoxo, cualidades que no contradecían su compasión, generosidad y caridad. Cuando vivía en NY era una de las dos casas -la otra era la de mi hermano- donde iba a celebrar las fiestas de Navidad. Con ellos me sentía que tenía familia en la ciudad que nunca duerme; y que podía llevar a mis amigos sin miedo a ser "rechazados" por ser "distintos". Marcela, su esposa, preparaba unos pasteles de masa navideños que dejaban puro placer en el paladar, y me guardaba dos o tres yuntas, para comer en su casa y para llevar conmigo.
Dos regalos que nunca olvido: el primero, mi hermana Ana cosió en su Singer un pantalón con tirantes; y el segundo, un caballito de madera que el tío, con su amor incondicional, me construyó. Ahí guardo las fotos, en una vestido con el pantalón que no me quitaba ni para dormir, frente a la casa de los Barreto en Jájome y en otra, una vez más, con el mismos pantalón al lado del caballito de madera.
Sigo vestido con el pantalón y jugando con el caballito de madera, hechos a mano.
Friday, November 23, 2018
LA PSICOANALISTA ALEMANA Y LOS SOBRINOS
No son los sobrinos de una amiga alemana. Son mis sobrinos puertorriqueños que -tres generaciones más tarde, descendientes de jíbaros campesinos pobres por ambos lados de sus familias- conversan con ella sobre equipos de baloncesto europeos, opinan sobre el papel de la Angela Merckel, el neo-liberalismo, la medicina alternativa (una sobrina es experta en ese tema). Incluso, cuando no hubo comunicación verbal (una hermana y sobrina no hablan inglés), otros rasgos -las maneras de tratar a los demás; ese rastro de cierta crianza- llevaron a mi colega y amiga entrañable a discutir la relación entre crianza y desarrollo educativo, económico; las estructuras históricas, sociales que los subyacen, y su vínculo con los logros de los sobrinos. Los encontró muy parecidos a cualquier joven europeo de su generación.
Aunque fueron pobres, las familias sabían cómo apoyar la educación; los sobrinos sorprendieron y sirvieron a la socióloga, psicoanalista alemana como tema de discusión; en parte, porque la teoría y los estudios de movilidad económica y social sugieren que el proceso de reajuste a nuevos entornos, estructuras y escalas de valores es muy difícil, y con muchas probabilidades de fracaso, y en mi familia en tres generaciones el salto se había logrado. Luego, comparó y comentó sobre la diferencias en trato que observó en una familia (una madre y dos hijos) criada en urbanización y vision del mundo proletaria arribista de San Juan, más parecidos al estereotipo que ella tenía del caribeño "bullanguero" y "confianzú". No fue así con los sobrinos; ni "presenta'os" ni "confianzús"; tampoco, nada que ver con el pesimismo o docilismo de la literatura costumbrista o la llamada “realismo social” que tanto estereotipó a los hijos de los cerros.
Aunque fueron pobres, las familias sabían cómo apoyar la educación; los sobrinos sorprendieron y sirvieron a la socióloga, psicoanalista alemana como tema de discusión; en parte, porque la teoría y los estudios de movilidad económica y social sugieren que el proceso de reajuste a nuevos entornos, estructuras y escalas de valores es muy difícil, y con muchas probabilidades de fracaso, y en mi familia en tres generaciones el salto se había logrado. Luego, comparó y comentó sobre la diferencias en trato que observó en una familia (una madre y dos hijos) criada en urbanización y vision del mundo proletaria arribista de San Juan, más parecidos al estereotipo que ella tenía del caribeño "bullanguero" y "confianzú". No fue así con los sobrinos; ni "presenta'os" ni "confianzús"; tampoco, nada que ver con el pesimismo o docilismo de la literatura costumbrista o la llamada “realismo social” que tanto estereotipó a los hijos de los cerros.
(del libro Jájome Heights)
JÁJOME HEIGHTS (2018)
Pronto en edición impresa el libro Jájome Heights que incluye crónicas, estampas, relatos, reflexiones en torno a la vida de un hombre puertorriqueño y sus parientes, núcleos familiares y sociales en distintos entornos: Jájome, Cayey, Guayama, Ponce, San Juan, Nueva York, Frankfurt a.m.; bajo distintas visiones y esquemas críticos; planteamientos teóricos evidenciados, usando métodos, recursos e instrumentos económicos, psicólogos, sociológicos; y reflexiones empatadas por asociaciones y casos para explicar y aclarar lo vivido, contado.
Wednesday, November 21, 2018
EL CUADRO NEO GÓTICO CRIOLLO DE LOS ABUELOS CHAGO Y TERESA
“Una injuria queda sin reparar cuando su justo castigo perjudica al vengador. Igualmente queda sin reparación cuando ésta deja de dar a entender a quien le ha agraviado que es él quien se venga.” (Edgar Allan Poe, “El Barril de Amontillado”)
Fui uno de los pocos nietos que vivió con los abuelos, o ellos con nosotros, y lo primero que hice cuando empecé de maestro normalista a los dieciocho años, fue mandar a ampliar y colorear la única foto que teníamos de don Chago y doña Teresa. Una foto tomada en caseta de fiesta patronal. Ambos lucen muy serios, ella de moño, cuello subido, su traje hasta los tobillos. Él con su sombrero y siempre abrochado cuello de camisa. Eran mis abuelos y allí en la sala de mi casa, acabada de construir con el sudor de mi trabajo, el cuadro no sólo hacía feliz a mis padres; recordaba la historia de la familia desde sus vidas en Jájome, y mi llegada a la vida de la clase media baja como maestro en los campos de Puerto Rico; los montes por donde una vez se perdía Sefita, sobrina de los abuelos, desnuda, escondida entre los bosques, platanales y cafetales para, de noche, llegarse hasta la casa de sus padres, tío Manuel y tia Anita y comer lo que ellos le dejaban fuera; y dentro de los cuales se escondió otro primo que era demasiado trigueño para sus tíos y lo echaron a la calle cuando su abuela, mi tia, murió y nadie protegía al muchacho. Del muchacho no se supo más. Sefita, con el tiempo, sanó y bajaba del campo a saludar a los abuelos. Muertos casi todos, décadas más tarde, un pariente alcohólico, vividor e irresponsable regaló o, alcohólico al fin, además de traquetear con tumbas dinero ajeno, vendió por unos cuantos pesos, entre otras cosas, el cuadro que siempre estuvo en la sala. Cómo puede, quien tenga el cuadro o los muebles o sentirse dueña de un pedazo de terreno robado en un cementerio o las prendas que tomaron sin consultar con sus dueño, y pretender que son herencia de familia; darse vuelos de estatus histórico. Un cuento neo gótico criollo, cuyo hilo conductor es el robo del cuadro de los abuelos Chago y Teresa.
Fui uno de los pocos nietos que vivió con los abuelos, o ellos con nosotros, y lo primero que hice cuando empecé de maestro normalista a los dieciocho años, fue mandar a ampliar y colorear la única foto que teníamos de don Chago y doña Teresa. Una foto tomada en caseta de fiesta patronal. Ambos lucen muy serios, ella de moño, cuello subido, su traje hasta los tobillos. Él con su sombrero y siempre abrochado cuello de camisa. Eran mis abuelos y allí en la sala de mi casa, acabada de construir con el sudor de mi trabajo, el cuadro no sólo hacía feliz a mis padres; recordaba la historia de la familia desde sus vidas en Jájome, y mi llegada a la vida de la clase media baja como maestro en los campos de Puerto Rico; los montes por donde una vez se perdía Sefita, sobrina de los abuelos, desnuda, escondida entre los bosques, platanales y cafetales para, de noche, llegarse hasta la casa de sus padres, tío Manuel y tia Anita y comer lo que ellos le dejaban fuera; y dentro de los cuales se escondió otro primo que era demasiado trigueño para sus tíos y lo echaron a la calle cuando su abuela, mi tia, murió y nadie protegía al muchacho. Del muchacho no se supo más. Sefita, con el tiempo, sanó y bajaba del campo a saludar a los abuelos. Muertos casi todos, décadas más tarde, un pariente alcohólico, vividor e irresponsable regaló o, alcohólico al fin, además de traquetear con tumbas dinero ajeno, vendió por unos cuantos pesos, entre otras cosas, el cuadro que siempre estuvo en la sala. Cómo puede, quien tenga el cuadro o los muebles o sentirse dueña de un pedazo de terreno robado en un cementerio o las prendas que tomaron sin consultar con sus dueño, y pretender que son herencia de familia; darse vuelos de estatus histórico. Un cuento neo gótico criollo, cuyo hilo conductor es el robo del cuadro de los abuelos Chago y Teresa.
(del libro en marcha Jájome Heights)
Tuesday, November 20, 2018
EL DÍA DEL PAVO EN MADRID
Muchos abrazos y besos que no se reflejan en sus actos. Ellos se los creen; el tío, no.
Desde que las hermanas perdieron la jefatura de la cocina, la "familia" -de hacerlo, sería a través de terceras personas, una hora antes: "dile que si quiere venir..."- no invita a los hombres gay solteros de la tercera edad a pasar Thanksgiving con ellos, ni Navidad ni Año Nuevo ni Reyes ni Cumpleaños ni Aniversarios (wonder why!). Siempre tienen la opción de irse a Madrid (véase link).
El año pasado, en una fonda dominicana en Santurce; comió chicharrón de pollo y mangú; el anterior en un sushi en la Ashford del Condado y comió, pues, sushi; el anterior del anterior en NY, en La Taza de Oro comió pernil criollo sobre-adobado con arroz con gandules seco, bien seco.
Así son en la sagrada y bendecida familia pequeño burguesa puertorriqueña: llenos de compasión y tolerancia.
Uy!, como si no se supieran las justificaciones (varían, dependiendo el pariente, pero la historia de los tíos patos que no son invitados a pasar las fiestas se repite lo mismo en Puerto Rico como en Haití) que dicen para no invitar al tío fuera del clóset, anti racista, pro derechos civiles, activista en diversas comunidades, profesor universitario, progresista social y económicamente y, conocido por ser enemigo de ladrones de tumbas, prendas, cuadros, libros, tierras, y por delatar a los hipócritas, mentirosos, y vividores que pululan detrás de rosarios y buenos modales copiados de revista de modas.
Uy!, que no les dé con invitar ahora, que se prestaría el cumplido para pensar que "cogieron pena", y por soberbios y orgullosos, los muchos tíos que conozco preferirían comer solos y dirían: "No". Además, que esta vez pueden irse a Madrid, Spain, el país de donde decía la abuela Teresa que vinieron sus antepasados, aunque no la creían porque ella era bastante trigueña, con su "raja" a flor de piel y no celebraba Thanksgiving, ni comía pavo. Como la abuela era como era, de estar por ahí, ella sí hubiese invitado a celebrar Thanksgiving en Madrid de donde -y que vinieron- sus antepasados que tampoco comían pavo.
BALSEROS EN LAS TELENOVELAS
Veo telenovelas por razones que trascienden los asuntos de la sinuosidad de sus predecibles tramas y los escenarios acartonados imitando faux haciendas o muebles nuevo rico criollo.
Al igual que la caricatura de una mujer niuyorican por Ana Lydia Vega o la representación poco empática de una esposa bajo el control de una sociedad y su marido por Carmen Lugo o los personajes, campesinos, jíbaros ignorantes en la literatura costumbrista de Enrique Laguerre o los seres sin capacidad para pensar sus vidas de Eduardo Lalo o la sangre y violencia en los textos bíblicos o el paternalismo vestido de folclor progresista de las letras de la nueva trova boricua, las telenovelas ofrecen una visión del mundo que continúa la tradición humana de contar cuentos, y si la Caperucita de Perrault tenía menos futuro que la de los Hermanos Grimm, y si La Reina del Sur de Pérez Reverte es más cabrona que la Doña Bárbara por Rómulo Gallegos, por qué no puede un actor mexicano representar en una telenovela mexicana a un delincuente cubano con acento habanero, entremezclado con una entonación poco caribeña -“oye, viejo, ándaleee”-, nombrado con el nada estereotipado apodo El Balsero.
Al igual que la caricatura de una mujer niuyorican por Ana Lydia Vega o la representación poco empática de una esposa bajo el control de una sociedad y su marido por Carmen Lugo o los personajes, campesinos, jíbaros ignorantes en la literatura costumbrista de Enrique Laguerre o los seres sin capacidad para pensar sus vidas de Eduardo Lalo o la sangre y violencia en los textos bíblicos o el paternalismo vestido de folclor progresista de las letras de la nueva trova boricua, las telenovelas ofrecen una visión del mundo que continúa la tradición humana de contar cuentos, y si la Caperucita de Perrault tenía menos futuro que la de los Hermanos Grimm, y si La Reina del Sur de Pérez Reverte es más cabrona que la Doña Bárbara por Rómulo Gallegos, por qué no puede un actor mexicano representar en una telenovela mexicana a un delincuente cubano con acento habanero, entremezclado con una entonación poco caribeña -“oye, viejo, ándaleee”-, nombrado con el nada estereotipado apodo El Balsero.
Sunday, November 18, 2018
IMAGES AND MORTGAGES
Images tell stories with which we hold on, respond to like subjects in Bruno Bettelheim’s Ages of Enchantment, absorbed by the not so easily explainable, due in great part to our inner need for seeking certainties. But the stories in the pictures are not innocent. They can represent a spontaneous sub-conscious mood or be the result of someone’s intention to affect others, to posses the viewer. Judaism prohibited certain images from being represented in artifacts; not because of the images themselves -as their narratives are full of images-, but to dismantle a belief system that grants powers to those artifacts; objects able to interfere in the lives of humans. Instead, the text became the sacred medium. The written word as the only one that can serve between wisdom and... whatever! Not just any written word, only “theirs” -the chosen- in the specific Book. As a matter of fact, the stories and images must be in that Book, otherwise they are not valid. Even the original stories in Babilonia, copied by Judean slaves from the tales of their masters, the Babylonians, are of no importance when valuing the Book. The Book became the most sacred of artifacts, except that it changed values when Christianity took over: too many Jews were illiterate and did not need the Book so it was easy to convince them, leave the literate rabbis and join the world of the spoken word, later on called Christianity, and gradually, they went back to artifacts, including the rosaries that I keep all over my home and scared the hell out of an Orthodox Jew doing an appraisal of my apartment for a mortgage. He then quickly moved his wondering open eyes towards the living room wall, to be once more affected by a painting of a pair of lips licking a penis; leaving in a rush, intensively affected by certain images. I got the mortgage real quick.
Friday, November 16, 2018
LOS VALLEJO EN MI CAMINO
Desde Lima llegó el poeta, me deprimió tanto que logró dejarme saber "lo bien que yo estaba", pude, entonces, gozarme al narrador irreverente, descarado, sinvergüenza, malpensado y sodomita colombiano, "descubrir que la jodedera no es un mal ni que el pecado existe", en camino a conocer al paraguayo cuyas narrativas paralelas se cruzaron en un momento, mostraron a un contador de cuentos perdido en su propio relato, en busca de presas fáciles, "entregándome en cuerpo y alma", hasta que una vez fuera del mismo, conozco al último -por ahora- Vallejo: un albañil brasileño que dibuja espirales sobre el concreto.
BERTOLUCCI: LO NEUTRALIZADOR DEL MIEDO EN EL CONFORMISTA
Miedo a ambas personas -a una con poder vaginal y a la otra por asuntos de memoria consanguínea, parentesco y orden religiosa- lo llevaron a jugar el papel más conveniente, neutral dentro de un conflicto que no podia ser resuelto. La esposa no toleraba al otro y el otro -formado académicamente, con estudios de doctorado, publicaciones científicas, fellowships e investigaciones internacionales en las ciencias sociales y vínculos personales en los campos del sicoanálisis y la genética- ni le hacía caso, pero observaba y documentaba. El esposo, al jugar el papel del “estoy en el medio entre papi y mi mujer”, se protege; luce conforme con los demás. Tolerante, casi la víctima. Con la película El Conformista el reconocido director italiano Bernardo Bertolucci recrea el poder del miedo en un hombre -cualquier hombre- y sus efectos: un tipo común se une a los fascistas para así ser parte de un grupo; conforme.
Thursday, November 15, 2018
LA FEMINISTA FREIRIANA, LAS DOS LOQUITAS Y LOS HOMBRES BIEN MACHOS
"Te vi cuando ibas con las dos loquitas": dijo y removió los labios y ojos en forma de burla esperando mi aprobación. No me dio gracia. No le importó, quizás no le pasó por sus conciencia freiriana, que lo sujetos a lo que llamó "loquitas" eran dos hombres cuarentones. Que si estaban vestidos demasiados juveniles no era debatible; tampoco era razón para referirse a ellos con el diminutivo “loquitas”. Partidos son, delgaditos, vestidos con ropas entalladas, "a la moda aunque se jodan", recortes al borde de Ricky Martin, y con tatuajes. Ambos están fuera del clóset y no desean lucir "bien machos", como los que parecen gustarle a la educadora freiriana, alfabetizadora de barrios y pueblos enteros, delatada por su ”te vi cuando ibas con las dos loquitas”; esas que la molestan porque son amanerados, delicados, muy finos, con muy buenos modales, nada agresivos; que perturban a las feministas tipo profesora dogmática de literatura anti-colonialista. Quizás es que no ha entendido bien el enfoque freiriano y no sabe usar el lenguaje para desarrollar el pensamiento crítico. No pudo problematizar la palabra "loquita". Puede que le gusten los hombres “bien machos.
Wednesday, November 14, 2018
MY GRAND NEPHEW AT EL PATIO DE LILA
I could see he was having an intense conversation. As I got closer to his table, he “ciao ciao”, hung up, smiled, and when asked “how was Lila’s so far?”, he answered, “No luck. I have had three grapefruit with cava mimosas, but no gentleman to accompany me”. My facial gestures showing a “get off the fucking cel phone and act like you are relaxed and ready to meet eye to eye and talk; let Lila be the place for a complete zen experience” deeply touched my grand nephew, so x generation. He smiled again.
LA ESCUELA PERIPATÉTICA EN PONCE, GUAYAMA Y HAMILTON HEIGHTS
Una cátedra en la Pontificia Universidad de Santa Maria en Ponce enmarcó histórica, filosófica y teóricamente lo que hacían los maestros en Guayama cuando nos llevaban de paseo por el pueblo y visitábamos el trapiche, las centrales azucareras, los pantanos de Jobos, las antiguas instalaciones para tuberculosos y leprosos, las calles, la iglesia, la plaza, sus caserones, casas de poetas y antiguos fundadores del pueblo. Hasta los tres teatros y cines entraban en la discusiones guiadas por aquellos maestros peripatéticos.
Adrain van Ostade (1610-1685) graba una escena escolar en el cuadro El maestro de escuela (1682): grupos de estudiantes involucrados en distintas actividades, incluyendo alguno que otro tomando una siesta o parados o sentados.
Lo peripatético en la educación puede ser rastreado hasta los orígenes de la conciencia más primitivas, aunque algunos educadores norteamericanos lo ignoran, quizás, para auto nominarse fundadores del movimiento educativo “progresista” que promueve al estudiante como sujeto activo dentro de los procesos de enseñanza y aprendizaje. Aristóteles y los otros griegos partían de una pedagogía donde el estudiante fue siempre sujeto activo, unas ideas que continuaron informando a los escolásticos medievales y los tutores de las nobleza, alquimistas y caballeros andantes. Con la industrialización, masificación y creación de rígidas taxonomías que categorizaron y atomizaron la cultura académica, el sujeto pasó a jugar un papel menos peripatético.
Lillian Weber (casi opuesta diametralmente a sus colegas, mucho especialista con poca cultura universal o diversa) conocía muy bien la historia de la filosofía y educación. Desconocía los recovecos de la misma en Latinoamérica: la historia de Bolívar, Manuela Saénz y Simón Rodríguez o los curriculos anticolonialistas de Isabel Freire de Matos o los maestros hispanistas en Puerto Rico. En el 1973 -año cuando comenzó la implantación del currículo y el programa universitario con una concentración en educación bilingüe elemental, que luego fue aprobado “oficialmente” por la facultad, síndicos y estado-, mientras caminaba con mis estudiantes por las calles del barrio que circunda el City College de NY, buscando material para unos proyectos interdisciplinarios y mediáticos, tropezamos con la internacionalmente reconocida profesora. Con el entusiasmo que surge cuando nos topamos con pensamientos concordes, puso a nuestra disposición su Centro y lo peripatético del mismo, incluyendo unas buenas caminatas con ella y otros por Hamilton Heights.
Tuesday, November 13, 2018
ACENTOS Y ESTRUCTURAS PUEBLERINAS
No había regresado a Guayama desde que abandonó el pueblo, para la misma época cuando otros nos fuimos a estudiar a la universidad y él siguió para España. Hasta el acento y la entonación cambiaron: hablaba como un híbrido lingüístico o un criollo decimonónico.
El pueblo también cambió y lo dejó sorprendido cuando se enteró que en el Club Rotario admitían chinos; en el de Leones, a descendientes de los que una vez no podían ni bailar en su sala; y el Trotamundos era casi blanco. Desestructuración social contada con continuos cambios en la voz del narrador: entre castellano y criollo
Sunday, November 11, 2018
LA HISTORIA DE UN HOMBRE GAY Y SU NOVIA-ESCUDO
Chismosos! No es nadie en particular. Aunque entre nos, unos cuantos caminan por los alrededores de la Placita de Santurce, acompañados por sus maniquíes esposas, jugando a la conquista, ilusión óptica que refleja un deseo o dos o tres. A saber si esas esposas acompañantes disfrutan de todo el espejismo dentro del cual viven su marido, parado en la puerta del cafetín, y el otro, recostado contra el mostrador del bar, convirtiendo una falsa heterosexualidad en parte del juego erótico.
Friday, November 9, 2018
LAS CÁTEDRAS DE UN HOMBRE GAY MAYOR
El hombre mayor: gay fuera del armario, rango en la academia e historia de apoyo y respeto dentro de una familia. Ella: dominante, insegura y presumida sin fundamentos, orgullo infundado, puro gestos y frases trilladas no pudo conversar con peso y profundidad durante una cena ofrecida por el hombre mayor -el resto de los asistentes, incluyendo al marido, lo componían gente con un poco más de cultura que la poseída por la señora empleada proletaria.
Dado los perfiles descritos anteriormente, ella, acostumbrada a tratar con "loquitas" pueblerinas que le sirven de bastón y entretenimiento, pensaba que el hombre mayor (profesor universitario, autor y editor de libros, artículos publicados en revistas académicas de prestigio, invitado en Europa y Latinoamérica a dictar conferencias, becado por la fundaciones Rockefeller, Ford, y la universidad de Columbia) era una "loquita más" y así lo podía tratar.
Él, sorprendido ante el comportamiento de ella ("presentá e irrespetuosa" fue como la describió otra comensal), decidió parar el trato de una manera académica, pues ya había "ayudado" educacionalmente a algunas cuantas a sacarse de su subconsciente las ideas de proletarias arribistas, costumbres del arrabal o de urbanización clase obrera o media baja. Ella -molesta con los armamentos teóricos, evidencias, autores y ecuaciones-, posteriormente, cuando vio que el hombre mayor no iba a permitir el juego en que se enrollan ciertos hombres gays con las llamadas mujeres "fag-hags", en una relación de "mutuo uso", empezó a azuzar a su marido contra el hombre mayor, y el marido cayó, diciendo cosas al hombre mayor que nunca antes había cuestionado (homosexualidad, temperamento), obligando al hombre mayor a expandir sus cátedras.
Dado los perfiles descritos anteriormente, ella, acostumbrada a tratar con "loquitas" pueblerinas que le sirven de bastón y entretenimiento, pensaba que el hombre mayor (profesor universitario, autor y editor de libros, artículos publicados en revistas académicas de prestigio, invitado en Europa y Latinoamérica a dictar conferencias, becado por la fundaciones Rockefeller, Ford, y la universidad de Columbia) era una "loquita más" y así lo podía tratar.
Él, sorprendido ante el comportamiento de ella ("presentá e irrespetuosa" fue como la describió otra comensal), decidió parar el trato de una manera académica, pues ya había "ayudado" educacionalmente a algunas cuantas a sacarse de su subconsciente las ideas de proletarias arribistas, costumbres del arrabal o de urbanización clase obrera o media baja. Ella -molesta con los armamentos teóricos, evidencias, autores y ecuaciones-, posteriormente, cuando vio que el hombre mayor no iba a permitir el juego en que se enrollan ciertos hombres gays con las llamadas mujeres "fag-hags", en una relación de "mutuo uso", empezó a azuzar a su marido contra el hombre mayor, y el marido cayó, diciendo cosas al hombre mayor que nunca antes había cuestionado (homosexualidad, temperamento), obligando al hombre mayor a expandir sus cátedras.
CCNY: RACISM, HOMOPHOBIA OR "ARRIBISMO ACADÉMICO"
After working for over thirty years at CCNY, I spent my last year as a lecturer and director of a teacher education scholarship program; organized an international conference on multilingualism, the education of indigenous groups, and speakers of “minority” languages. Representatives from indigenous communities and educators working in the northern part of Quebec and in the Yucatán region of Mexico were invited to speak to students and faculty. It was my last year at the College (am I glad I left that place!). To my surprise, one of my colleagues in the Bilingual Teacher Education Education Program decided to ask the scholarship students to attend a conference given by an European linguist at a different university.
To be undermined in my role as director of the special teacher education project -my own history in the Bilingual Education Program completely ignored by the arrogant progressive white multi nada feminist-, working with the mostly minority students was/is less important than my "very progressive" colleague's limited understanding of what diversity was/is all about and her obvious racism: the people of color dismissed without any sense of shame or reflection upon her actions.
To be undermined in my role as director of the special teacher education project -my own history in the Bilingual Education Program completely ignored by the arrogant progressive white multi nada feminist-, working with the mostly minority students was/is less important than my "very progressive" colleague's limited understanding of what diversity was/is all about and her obvious racism: the people of color dismissed without any sense of shame or reflection upon her actions.
Students were also asked to break one the commitments made when accepting the scholarships: to attend its related conferences and extracurricular activities. I could have stopped them from getting the financial assistance but chose not to. They were placed in the situation and sadly enough, chose to follow the white professor's request. "Colonization" lingers after the colonizers leave.
It seemed as if for her, a white faculty member teaching courses on multiculturalism, diversity had to do with students and not with speakers or the role of minority administrators, much less with an out of he closet Puerto Rican gay man. Had I been straight, my sense is that she would have acted quite differently. For the colleague, listening to the European speaking about minorities was more important than the direct educational experiences and ideas of "Indians" from Mexico and Quebec. As a gay Puerto Rican at CCNY I had my share of both explicit and implicit race related ideas and actions, but this time I was not only undermined by a white colleague but the students were told that it was more important to listen to some European speaking about minority languages than to some colored peoples' ideas and experiences. Racism and homophobia can take very strange forms, even disguising themselves as academic discourses or as obvious stepping stones for "arribismo académico". Sad, very sad indeed.
Thursday, November 8, 2018
EL SIDA EN EL CUERPO POLÍTICO
"Uno siempre empieza tropezando." (Ida Vitale, poeta uruguaya)
Noviembres pasados, uno tras otro, pocos años de diferencia, en el mismo mes murieron Guillermo, Gary y Gunter. Ayudé a cuidar a los tres, hospitales y hogares. Frente aquellos cuadros dantescos, tratamientos experimentales tan tóxicos como el virus, tuve que luchar contra la depresión causada por la inminente mortalidad, el rechazo público, y las aterradoras advertencias y sugerencias de algunos médicos. "Diez años de vida saludable": me dijo uno, si me trataba; casi treinta años atrás. Si no, mucho menos. Me tuve que haber infectado antes, ya que por causa de haber tenido una relación muy intensa con Gūnter, por cerca de diez años, y una separación nada fácil, llevaba sobre cinco años en completo celibato y unos cuantos monógamos. Además, estaba cuidando a mi compañero de apartamento y buen amigo Gary, vivir con su continuo deterioro físico no alentaba ningún tipo de deseo lúdico o erótico. Ya habían fallecido dos de mis amigos, y unos cuantos más estaban enfermos. Hoy todos están muertos. Ver a tus amigos morir -uno dentro de mi casa, y otros muy cerca- derrumba al más fuerte.
Me informé sobre distintos tipos de tratamientos, consulté expertos en el tema, asistí a grupos de apoyo, y para aclarar mi mente y espíritu fui a un monasterio en las montañas al norte de NYC, y allí pasé dos semanas en contemplación y completo silencio; decidí que si me iba a morir, lo haría como siempre viví mi vida: a mi manera. Gūnter estaba muy enfermo y no tenía espacio emocional para los juegos médicos de aquel momento. Rechacé la medicina ortodoxa, y como llevaba más de diez años siguiendo la medicina homeopática, continué con la misma; muchos años más tarde sigo vivo. Hace unos años me dijo un conocido, profesor de genética en la Escuela de Medicina de la UPR, especialista en el vih, que yo había matado el virus.
Recientemente, me contactó el excelente pintor y profesor de arte, John Weber, quien ha usado mis poemas en murales públicos en Chicago y NY, hijo de mi querida compañera, Lillian Weber (acabo de escribir el blog anterior sobre ella), mi mentora en City College, y recordé lo mucho que ella me apreciaba y lo asustada que estaba cuando se enteró sobre mis amigos, mi condición, y decisión de no tratarme con medicinas experimentales. Cuando vives y trabajas rodeado de gente como era esa gran e internacionalmente reconocida educadora, la vida adquiere un significado que trasciende lo material, y sirve para confirmar que quien vive con su conciencia tranquila, puede morir en paz.
Mi cuerpo, en cada momento, a cada hora, en cada acto, en conjunto con los cuerpos de todos ustedes y las instituciones que nos sirven o deben así hacerlo, es un instrumento político.
"Porque él [Michel Foucault] rechazó un análisis centrado en el Estado y observó la diversidad de las prácticas de poder, estudiándolas como parte de la relación de fuerzas del poder. Para él se trataba más de las prácticas y las relaciones por debajo del poder estatal o, dicho de otra manera, de la relación entre médico y paciente, maestro y alumno, así como entre gobernante y gobernado. Para los marxistas, el poder sólo existía en su forma represiva. Foucault no estaba tan obsesionado con el Estado, más bien preguntaba por las formas del devenir-gobernado. Le interesaban las técnicas de control, no las instituciones en sí." (Tania Martini y Enrico Ippolito. "Foucault más íntimo, lejos de la gloria académica", Clarín, 2 de abril de 2016)
Wednesday, November 7, 2018
EL SIDA NO DECIDIÓ MI CAMINO
Cuando me enteré que había sido “infectado’ con el vih, pasar por unos cuantos especialistas, gastar lo que no tenia en ahorros porque el seguro médico no cubría ciertos exámenes y algunos médicos elite no aceptaban planes, discutir con mis grandes y solidarios amigos (qué suerte tenerlos!) mi situación, usando palabras concretas y directas, tomar la decisión mas difícil de mi vida a los cuarenta y pico de años: cómo me voy a tratar ya que para la época que me infecté, los pacientes no duraban mucho ni pasaban sus últimos días en condiciones óptimas. Decidí que continuaría con la homeopatía y la fe en que hay fuerzas mayores a quienes se les honra y ora por el bienestar de todos y de uno, enfrentado a un dato: haber sido infectado con el virus que abre el camino del sida.
Saturday, November 3, 2018
BOLERO #8: DESPEDIDAS
Un “llanto de luna en la noche sin besos” dejó saber que los mensajes no estaban insertados en el medio, no co-dependían de una libreta. Archivados y enlazados a una nube cibernética, los videos musicales no desaparecieron con el robo de la portátil; permitiendo rescatar las fuentes y fundamentos de la “historia de un amor como no hay otro igual”.
- ¿Un robo, la computadora, los boleros, la película?
- ¿Por qué me trajeron aquí?
- Es la clínica más cara de Punta.
- Es la clínica más cara de Punta.
- ¿Dónde está él? ¿Por que no está conmigo?
- Eso quiero saber yo.
Boleros -"Llanto de luna" en las voces de la Tellado, Gilberto Monroig- acompañan al autor, boleristas, amantes, “nosotros, que nos queremos tanto”, durante las últimas semanas, los últimos diez, veinte años, siglos “disfrutando de esa calma, de un amor que ya pasó”, en esa etapa del romance cuando quedan solas, quietas las palabras, convertidas en “ebria canción de amargura que murmura el mar/ vivir así en esta soledad/ tan llena de ansiedad de ti”, transcribiendo, bailando, recreando, cantando los delirios de “la mujer de ojos color turquesa y largas acicaladas uñas color rojo subido en el Porsche en camino a Punta”; entonando en una novela/bolero “esta larga tristeza que deja tu adiós”.
-¿Bailamos?
fin
Friday, November 2, 2018
BOLERO #9: INTRATEXTUALIDADES
Monerías, caricias lentas, homogeneizadas y pasterizadas, dulces palabras, azucaradas, sencillas, claras; angustiosas, a veces; tiernas, otras, adjetivos y verbos románticos rapidamente corrían por el teclado de la tableta; frente al ventanal, la vista: el tejido blanco lo revuelve el viento, la tormenta invernal se integra al bolero que cantaba la Tellado en camino a Punta del Este. El Porsche, destruido.
La vista, lo visto, el norte de Manhattan en ánimo integral se confunde con el sur de Punta; un todo transmitido y conjugado en una tableta.
Un mensaje, un ding destapa el absorto Zen; un golpe a la respiración, la acelera, prende una chispa, una inyección de éxtasis a la sofocante espera, una vuelta al primer enlace: las fotos y vídeos del apartamento. Espera. La laptop no acelera. Espera. En camino a Punta el choque ocurre después del primer viaje.
Tarde, luego, sigue esperando por una nueva inquietud - no puede contar cuántas ha vivido en diez años - que enfoque la conversación sin motivo. la centre en sí misma, en ellos, en él y ella: "mujer de ojos color turquesa, rostro de nácar, sentada al lado del hombre de pelo gris, apuesto galán, hacia quien ella extiende lentamente sus angulares y finas manos, uñas rojo encendido, en camino a Montevideo". ¿O era en dirección opuesta? ¿Punta?
Más tarde, no, fue antes, el timbre no lo contestaron. El Porsche destruido. El celular, las sirenas de las ambulancias acompañaban al teclado, la Tellado "que estaba tan tranquila, disfrutando de esa calma, de un amor que ya pasó".
Thursday, November 1, 2018
BOLERO #11: INEXPLICABLES
"Cómo vivir así en esta soledad tan llena de ansiedad": una pregunta, un estado anímico recogido en un selfi sin mensaje adjunto, un anexo en un mail; un rostro quieto, impenetrable, con "silencios de olvidos" en sus ojos; una cara “marcada por una llaga de amor que no puede sanar” si le falta lo deseado; ensombrecida por una luz de fondo, cuestiona, busca cómo borrar “esa larga tristeza que deja un adiós”.
El baño “de luna plateada" sobre el mar de Punta, en aquel momento fijado en el selfi, rebotaba en la pared de la habitación y alumbraba la atenuada y enternecida cara; dibujada con tonalidades claro obscuras, unas “sombras nada más” pintadas por los rayos solares del atardecer austral; “eliminó todo su ser”; vio “ese sueño de amor terminar/ que la vida los separó”.
Sin querer, el mail buscaba asegurar que podían seguir el camino, que tal vez, se verían después; y la foto sugería, reafirmaba la existencia de ambos más allá del relato; caminando por la arena, una vez sintieron las olas, oyeron al mar murmurar una canción de amargura, sin poder entender, ahora, explicar cómo fue, "qué pasó, pero de ti me enamoré".
BOLERO #29: CENIZAS
Cenizas encontró, cuentan, cantan. Que fue Julita Ross la que sugirió que eran éstas, las cenizas, lo que solo quedaban. Chago Alvarado entona una disculpa; no fue el protagonista la causa del fuego, ni el que tampoco dejó que el amor se apagara; que se redujera a cenizas.
Que ella y que “ha vuelto a verme para que yo sepa’, sufriera con sus “desventuras”, a la vez que trató con una suave melodía, "remover las ruinas que tú mismo hiciste”. Ella prendió el fuego. Él no quiso; “que de un cariño muerto no existe rencor”.
En su Veracruz natal, María Antonia del Carmen Peregrino Álvarez contaba una historia muy similar; protagonistas distintos; otros entornos, mas las causas y decisiones eran las mismas. Los amantes, boleristas, en voz de la Tellado seguían el camino de Montevideo a Punta sin poder recordar si en el hospital estuvo internado él o si fue ella; si fueron Javier Solís, o María Marta Serra Lima, Los Panchos, Xiomara Alfaro o Javier Caumont, los que testificaron sobre el fuego, las cenizas, el accidente, el Porsche destruido.
En su Veracruz natal, María Antonia del Carmen Peregrino Álvarez contaba una historia muy similar; protagonistas distintos; otros entornos, mas las causas y decisiones eran las mismas. Los amantes, boleristas, en voz de la Tellado seguían el camino de Montevideo a Punta sin poder recordar si en el hospital estuvo internado él o si fue ella; si fueron Javier Solís, o María Marta Serra Lima, Los Panchos, Xiomara Alfaro o Javier Caumont, los que testificaron sobre el fuego, las cenizas, el accidente, el Porsche destruido.
Subscribe to:
Posts (Atom)