Friday, November 16, 2018
LOS VALLEJO EN MI CAMINO
Desde Lima llegó el poeta, me deprimió tanto que logró dejarme saber "lo bien que yo estaba", pude, entonces, gozarme al narrador irreverente, descarado, sinvergüenza, malpensado y sodomita colombiano, "descubrir que la jodedera no es un mal ni que el pecado existe", en camino a conocer al paraguayo cuyas narrativas paralelas se cruzaron en un momento, mostraron a un contador de cuentos perdido en su propio relato, en busca de presas fáciles, "entregándome en cuerpo y alma", hasta que una vez fuera del mismo, conozco al último -por ahora- Vallejo: un albañil brasileño que dibuja espirales sobre el concreto.
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