Un “llanto de luna en la noche sin besos” dejó saber que los mensajes no estaban insertados en el medio, no co-dependían de una libreta. Archivados y enlazados a una nube cibernética, los videos musicales no desaparecieron con el robo de la portátil; permitiendo rescatar las fuentes y fundamentos de la “historia de un amor como no hay otro igual”.
- ¿Un robo, la computadora, los boleros, la película?
- ¿Por qué me trajeron aquí?
- Es la clínica más cara de Punta.
- Es la clínica más cara de Punta.
- ¿Dónde está él? ¿Por que no está conmigo?
- Eso quiero saber yo.
Boleros -"Llanto de luna" en las voces de la Tellado, Gilberto Monroig- acompañan al autor, boleristas, amantes, “nosotros, que nos queremos tanto”, durante las últimas semanas, los últimos diez, veinte años, siglos “disfrutando de esa calma, de un amor que ya pasó”, en esa etapa del romance cuando quedan solas, quietas las palabras, convertidas en “ebria canción de amargura que murmura el mar/ vivir así en esta soledad/ tan llena de ansiedad de ti”, transcribiendo, bailando, recreando, cantando los delirios de “la mujer de ojos color turquesa y largas acicaladas uñas color rojo subido en el Porsche en camino a Punta”; entonando en una novela/bolero “esta larga tristeza que deja tu adiós”.
-¿Bailamos?
fin
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