Saturday, November 24, 2018

EL PANTALÓN CON TIRANTES SOBRE ELCABALLITO DE MADERA

Los gustos y juicios adquiridos a temprana edad, vividos a través de experiencias inolvidables, hacen que uno haga parte de sus esquemas éticos, estéticos las experiencias y/u objetos que participaron en el proceso de aprendizaje a valorizar. Un caballito de madera y unos pantalones con tirantes marcaron mi sensibilidad.

El tío Cecilio era gruñón, franco, estricto y católico ortodoxo, cualidades que no contradecían su compasión, generosidad y caridad. Cuando vivía en NY era una de las dos casas -la otra era la de mi hermano- donde iba a celebrar las fiestas de Navidad. Con ellos me sentía que tenía familia en la ciudad que nunca duerme; y que podía llevar a mis amigos sin miedo a ser "rechazados" por ser "distintos". Marcela, su esposa, preparaba unos pasteles de masa navideños que dejaban puro placer en el paladar, y me guardaba dos o tres yuntas, para comer en su casa y para llevar conmigo.

Dos regalos que nunca olvido: el primero, mi hermana Ana cosió en su Singer un pantalón con tirantes; y el segundo, un caballito de madera que el tío, con su amor incondicional, me construyó. Ahí guardo las fotos, en una vestido con el pantalón que no me quitaba ni para dormir, frente a la casa de los Barreto en Jájome  y en otra, una vez más, con el mismos pantalón al lado del caballito de madera. 

Sigo vestido con el pantalón y jugando con el caballito de madera, hechos a mano. 

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