["En mis frecuentes visitas a todos los países sudamericanos he hecho especial hincapié en la necesidad de emprender la reconquista del espíritu de Occidente por parte de todos los países americanos, como único camino para salvaguardar nuestra identidad continental.” Massera dice haber “enfatizado hasta el cansancio que a Occidente no hay que buscarlo en el mapa, porque es hoy una actitud del alma que no está atada a ninguna geografía”.]*
El militar argentino (1978), miembro de la dictadura, parece un fotuto de Borges, quien también negaba la existencia del otro latinoamericano, aquél cuyo lenguaje y visión del mundo es atestiguado y recreado por Palés, Guillén, Cabral, Vizcarrondo. No creo que tampoco hayan leído el Popol Vuh o los relatos pataquíes. Es esa afectación y desubicación lo que lleva al polaco, Witold Gombrowicz, durante su estadía en Buenos Aires, a burlarse del euro-centrismo de quincalla que tanto gustaba/gusta a los intelectuales argentinos, a evitarlos; prefirió juntarse con el pueblo mestizo, ese mismo que trasciende lo "occidental". Y si en Buenos Aires el euro-centrismo le parecía ridículo, qué hubiese hecho si se entera que los mulatos dictadores dominicanos decían que eran de pura herencia hispánica, o que según los académicos de vanguardia en los EEUU, juran, el poeta nuyorican, Pedro Pietri, era neo-barroco, o que... (es mejor que no siga, aunque por ahí está la evidencia a tutiplén... "¡Sola vaya!", "Bambú y Calabó)
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-306394-2016-08-09.html
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