“Solo hay un mal, la ignorancia; solo hay un bien, la educación”, Sócrates
“El infierno está lleno de buenas intenciones”, San Bernardo de Claraval
Yo no te
juzgo, pero no apruebo lo que tú haces, o algo parecido fue lo que quiso decir.
Tanta tolerancia
y buena fe dan ganas de vomitar. Ante un
comentario tan lleno de narcisismo - dicho por una persona que no es “mala” pero
que ayuda a que los “malos” (los Raschke, las Rondón, etc. etc. etc.) continúen
con sus berrinches y venenos, se salgan con la suya - lo mejor es “tragar gordo”,
educar. El homosexual escoge con quien se acuesta, no escoge ser maricón.
Es que no
se le ocurrió pensar que nadie en su sano juicio escogería ser parte de una
comunidad a la que persiguen, discriminan, asesinan.
A estas
alturas y etapa de mi vida asexual, sin ningún otro deseo que estar tranquilo,
escribir porque me place, tener que oír cada gesto lleno de “bondad” me pone
los pelos de punta (los pocos que me quedan); y me obliga a ir mas allá de
asunto en cuestión y ver cómo se aplica a otras situaciones.
La
alfabetizadora de pueblos (ese es mi forma de identificarla), pequeño burguesa
LaTina, no toleraba cuando se le decía que los puertorriqueños no se limitaban
a su “petite” entorno de El Barrio Latino de NYC.
De la misma manera que el primero desconocía lo que forma y conforma la experiencia homosexual - no había leído nada sobre el asunto y usaba su tolerancia para sentirse “bueno” consigo mismo, la alfabetizadora desconocía lo escrito por los siglos (desde Oviedo hasta Picó) sobre la evolución de un pueblo, y usaba las mujeres pobres (las que ella puertorriqueñizaba) para sentirse solidaria.
“Tragar
gordo” y no acusar es lo que hay que
hacer frente a los ignorantes que usan y tergiversan las vidas de otros para “construir”
su identidad. Aunque moleste, hay que seguir con la “educación” para poder contrarrestar a los
trogloditas, a quienes estos dos casos, sin proponérselo, ayudan.De la misma manera que el primero desconocía lo que forma y conforma la experiencia homosexual - no había leído nada sobre el asunto y usaba su tolerancia para sentirse “bueno” consigo mismo, la alfabetizadora desconocía lo escrito por los siglos (desde Oviedo hasta Picó) sobre la evolución de un pueblo, y usaba las mujeres pobres (las que ella puertorriqueñizaba) para sentirse solidaria.
No comments:
Post a Comment