Tengo la impresión de que las críticas que Giner de los Ríos hizo a la universidad de su época no tuvieron efecto, porque -no sé- parecen estar peor:
“La Universidad meramente instructiva, como órgano cuya superior función en la sociedad era distribuir mecánicamente una especie de alimento espiritual (…), puede darse ya por moribunda.
..una oficina de preparación mecánica a los exámenes, como condición previa para la expedición de certificados, títulos y diplomas.
.... los exámenes, concursos y oposiciones parecen inventados por alguno que haya querido más bien atormentar que beneficiar a la humanidad, aplicando aquella filosofía de que todo lo que es desagradable es útil, y que la acumulación (temporal y momentánea) de hechos constituye la verdadera sabiduría (…) El más grande necio puede hacer el mejor examen.”
Para finales del s.19 y principios del s.20 los estudiantes y profesores no eran programados, controlados, educados por la editoriales y sus series de libros de texto como lo son ahora.
No comments:
Post a Comment