ENTRE LAS LLADRÓ Y CAPRI EN RIO PIEDRAS

Con sus sistemas y circuitos los mercados y distintas plataformas en la red recogen información, datos, los procesan, interconectan, reducen a posibilidades, ensartan y usan para atraer o convencer o embaucar usuarios sin poder juzgar la actitud que tiene el sujeto y objeto del mercadeo hacia lo presentado. Escribo, burlándome de los pequeño burgueses latinoamericanos, gays y straights cutres bien cutres, que decoran sus casas con Lladrós; para ser castigado por la compañía que produce las famosas porcelanas, plantando anuncios en cada una de mis búsquedas en el internet, para que compre y decore con lo que para mí son el prototipo del mal gusto y falsa presunción de clase. “Tacky, tacky, tacky": decía mi querido amigo Ariel. 

Si supieran que yo a lo Duchamp y su famosa escultura: un urinal; las ideas sobre la cultura material, sus funciones planteadas por Karl Marx en el Prólogo a la Contribución, donde sostiene que cuando se estudian los cambios ocurridos en las sociedades, se debe diferenciar entre los conflictos ocurridos en en el terreno de las relaciones sociales fundamentales y aquellas formas ideológicas expresadas a través de las expresiones artísticas, los objetos, el material que sirve para proyectar las ideologías de un grupo o un individuo; también exploradas por Leslie White en The Science of Culture; y por  James Deetz en su libro In Small Things Forgotten, y trabajadas por  Frank Gehry en sus decoraciones y proyectos arquitectónicos, solo decoro con “objects d’art” de las tiendas Capri.