Friday, June 1, 2018

EL GÍBARO DE ALONSO EN JÁJOME Y LAS CASTAS LATINOAMERICANAS (NOTAS PARA UNA CLASE)

De acuerdo a las teorías de castas, un gíbaro era el resultado de la mezcla entre lobo y china; el lobo era el resultado de la mezcla entre saltapatrás y mulata; la china, entre morisco y española; el saltapatrás, entre india y chino; la mulata, entre español y africano; el morisco, entre mulato y española (“Sangre y temperamento, purezas y mestizaje en las sociedades de castas americanas”,  Carlos López Beltrán. Instituto de Investigaciones Filosóficas-UNAM)

“Luis Paret y Alcázar’ Self-Portrait of 1776 shows the Spanish artist standing before the tranquil yet rugged Puerto Rican landscape dressed as a local peasant or jíbaro. Wearing a white shirt, striped pants, and flowered hat, he carries a bunch of plantains and a machete. The artist constructs a vision of himself as a Puerto Rican peasant, the jíbaro. The use of the jíbaro’s attire by Paret y Alcázar can be understood within the context of the carnivalesque in which the upper-class masqueraded as peasants. The painting also reveals the intellectual elite’s appropriation and subsequent adoption of the jíbaro as cultural symbol. The work was produced after Paret y Alcázar’s removal from the Spanish court of Carlos III and his exile to the island of Puerto Rico from 1775 to 1778. The self-portrait, later sent to the Bourbon monarchy as a gift, was pivotal in securing not only the painter’s return to the Spanish court but also the continued success of his professional career by communicating important cultural and political implications. (Ilenia Colón Mendoza:”The Jíbaro Masquerade: Luis Paret y Alcázar’s Self-Portrait of 1776”. Hispanic Research Journal, 2016)

El caudillismo latinoamericano fue una formulación, “una construcción de quienes los seguían” y esta colectividad, conformada por las castas que no eran ni criollos ni peninsulares, respondía a los idearios, leyes y prácticas fundamentadas -en gran medida- en las teorías de castas, influenciando las relaciones “políticas”, la imaginación,  mediatizadas por “ las representaciones que los seguidores tenían de sus caudillos”: la conceptualización del “yo” impuesta desde afuera, rebota y se convierte en arma usada por los miembros de tal o cual grupo.  (de la Fuente, Ariel. Los hijos de Facundo. Caudillos y montoneras en la provincia de La Rioja durante el proceso de formación del estado nacional argentino (1853-1870). Buenos Aires: Prometeo, 2007.)

“En 1849 don Manuel Alonso, nacido en San Juan en octubre de 1822, mandó a publicar en Barcelona El Gíbaro.  Cuadro de costumbres de la isla de Puerto Rico, motivado, entre muchas razones, por dos obras colectivas publicadas por un grupo de puertorriqueños que se había instalado en la ciudad condal antes de la llegada de él: Aguinaldo puertorriqueño (1842) y Álbum puertorriqueño (1843).  Tanto fue el impacto de la obra de M. Alonso en la isla, que en 1882-83 mandó a publicar la segunda parte de la obra. (El “Gíbaro” de Manuel Alonso y su vigencia en el siglo XXI. “En la brecha”, blog de Carlos García Cacho)

“.....frente a este heterogéneo escenario, desde mediados del siglo XVIII, las administraciones reafirmaron su poder clasificatorio, discriminando y jerarquizando a la población por medio de tipologías de castas, especialmente en aquellos centros de alto intercambio social. Mientras que, en aquellos espacios de dominio indígena, se incentivaron políticas de mestizaje y asimilación selectiva, dentro de la lógica de blanqueamiento, al mismo tiempo que se defendieron sistemas de diferenciación internos también a través del uso de la terminología de castas, como fue el caso de las regiones fronterizas de la cuenca del Plata.

Los sistemas clasificatorios fueron históricamente realimentados o legitimados, desde el poder colonial, a través de tratados filosóficos, teológicos y jurídicos así como por medio de obras de carácter científico-expedicionario que instalaron representaciones sociales y relaciones de poder en un plano de jerarquías étnicas y raciales. (Mestizaje, castas y razas en la literatura de viajes. De Félix de Azara a Alcide d'Orbigny (Río de la Plata, 1780-1830. Lía Quarleri: Prohistoria, dic 2014)

“Los cuadros de castas representarían pictóricamente lo que en el siglo xvii el Inca Garcilaso de la Vega tituló ‘Nombres nuevos para nombrar diversas gene- raciones’ (1991, libro ix, cap. xxxi). Nombrar, en este texto, tiene la connotación de ‘rotular’ y, a decir del autor, habría sido un gesto particular de las naciones de españoles y negros, ‘que tampoco los había antes en aquella tierra’, para diferenciarse de los ‘naturales’ de Indias así como de los de sus mismas naciones que nacían ‘allá’ y no ‘acá’(españa). Concluye el capítulo con una a infrmación que debe permanecer a lo largo de esta lectura: ‘Todos estos nombres —y otros que por excusar hastío dejamos de decir— se han inventado en mi tierra para nombrar las generaciones que ha habido después [de] que los españoles fueron a ella. Y podemos decir que ellos los llevaron con las demás cosas que no había antes’.(Castas o razas?: imaginario sociopolítico y cuerpos mezclados en la América colonial. Una propuesta desde los cuadros de castas. Alejandra Araya Espinoza, Repositorio, Universidad de Chile)
(Y luego de repasar y comenzar a organizar estas notas, buscar nuevas fuentes, agarro mi cuatro, el tiple y el güiro, grito un "lelolai esgalillao" y le canto un seis cayeyano a mis antepasados jíbaros que han estado -algunos nunca bajaron de esos cerros- diciendo con orgullos: "somos jíbaros, y qué"; desde que así fueron clasificados por los poderes "divinos" que tenían los europeos colonizadores. Por cierto, sugieren algunos antropólogos, que los caribes hacían lo mismo, cuando se mezclaban con otros pueblos, dejaban de ser caribes.)



No comments: