No va aceptar a hombres vestidos de mujer que imiten al tipo de mujer que ella “deprecia”; no los incluye entre sus círculos inmediatos. Lesbianas que imitan a machos no fueron parte de su postura bien plantada frente a su compañero de viajes, ni los machos que -supuestamente- ellas imitan. Por suerte, tampoco habló de los seductores ojos que Genet describe cuando se fija en la mirada de Querelle; los mismos ojos que brillan su deseo en tantos hombres; ni del hecho que se repite, como se repite la mirada de los Querelle del mundo: los sitios donde no puedes comprar un bizcocho, los momentos cuando tus ojos te delatan, no por expresar el deseo, por lo que se repite todo el tiempo frente a los que no quieres que los desees o que comas bizcochos con ellos.
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment