ADVERTENCIA: Lo escrito en este blog es dirigido a una población adulta, capaz de superar la prisión de los mores pequeño burgueses; dialogar sobre temas cargados de controversias, que puedan servir de trampolín para lograr posibles liberaciones más allá de rígidos modelos lingüísticos o culturales.
“‘Mariquitas’ es la feminización de maricón; ‘mariposas’ se usa para llamar a alguien muy flamboyant, un gay muy obvio, muy femenino; ‘ninfos’ viene seguramente de ‘ninfas’ o tal vez de ‘nefando’, hay una novela de José Tomás de Cuellar que se llama Chucho el ninfo (1871). ‘Marica’: desde una visión muy machista un poeta es casi un maricón (porque su labor es cursi), aunque no lo sea. Y Rubén Darío era una ‘loca’ porque pertenece al siglo XIX, un siglo muy camp, muy amanerado, más en un sentido estético que un sentido sexual: camp, según Susan Sontag, es algo estéticamente afeminado, como las películas de Visconti, donde la escenografía es evidente de una loca, llena, saturada de arreglos y ornamentos....// Desde luego, la amplitud lingüística no se puede abolir con una resolución: la traductora al danés de Roberto Bolaño me contactó hace tiempo porque un párrafo de Los detectives salvajes le era particularmente complicado: Dentro del inmenso océano de la poesía distinguía varias corrientes: maricones, maricas, mariquitas, locas, bujarrones, mariposas, ninfos y filenos. Las dos corrientes mayores, sin embargo, eran la de los maricones y la de los maricas. Walt Whitman, por ejemplo, era un poeta maricón. Pablo Neruda, un poeta marica. William Blake era maricón, sin asomo de duda, y Octavio Paz marica. Borges era fileno, es decir de improviso podía ser maricón y de improviso simplemente asexual. Rubén Darío era una loca, de hecho la reina y el paradigma de las locas.” (Sergio Tellez-Pon: “De maricón, puñal y otras joterías”. https://confabulario.eluniversal.com.mx/de-maricon-punal-y-otras-joterias/)
“‘Mariquitas’ es la feminización de maricón; ‘mariposas’ se usa para llamar a alguien muy flamboyant, un gay muy obvio, muy femenino; ‘ninfos’ viene seguramente de ‘ninfas’ o tal vez de ‘nefando’, hay una novela de José Tomás de Cuellar que se llama Chucho el ninfo (1871). ‘Marica’: desde una visión muy machista un poeta es casi un maricón (porque su labor es cursi), aunque no lo sea. Y Rubén Darío era una ‘loca’ porque pertenece al siglo XIX, un siglo muy camp, muy amanerado, más en un sentido estético que un sentido sexual: camp, según Susan Sontag, es algo estéticamente afeminado, como las películas de Visconti, donde la escenografía es evidente de una loca, llena, saturada de arreglos y ornamentos....// Desde luego, la amplitud lingüística no se puede abolir con una resolución: la traductora al danés de Roberto Bolaño me contactó hace tiempo porque un párrafo de Los detectives salvajes le era particularmente complicado: Dentro del inmenso océano de la poesía distinguía varias corrientes: maricones, maricas, mariquitas, locas, bujarrones, mariposas, ninfos y filenos. Las dos corrientes mayores, sin embargo, eran la de los maricones y la de los maricas. Walt Whitman, por ejemplo, era un poeta maricón. Pablo Neruda, un poeta marica. William Blake era maricón, sin asomo de duda, y Octavio Paz marica. Borges era fileno, es decir de improviso podía ser maricón y de improviso simplemente asexual. Rubén Darío era una loca, de hecho la reina y el paradigma de las locas.” (Sergio Tellez-Pon: “De maricón, puñal y otras joterías”. https://confabulario.eluniversal.com.mx/de-maricon-punal-y-otras-joterias/)
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