Hace años atrás me enteré de que mi nombre fue usado sin mi permiso -contra mis principios y visión de la Justicia- para un proyecto en Puerto Rico que tenía como propósito vender cárceles y hacer dinero con los presos. Pura política sucia como la que hoy está llevando a cabo el presidente más corrupto y cruel que haya conocido en mis años de vida. Cuando me enteré era muy tarde y no seguí con el asunto, pero pude haber delatado lo “sucio”, al haberse usado mi nombre sin mi consentimiento. Si hay gente que cree que la política siempre es sucia, es porque ellos creen que la política es jugar al "más listo" y le “venden el alma al diablo”. La política en esencia es el arte de la negociación social, económica, legislativa. Lo sucio lo añade la gente. Cómo puede el político sucio exigir una moral distinta al pueblo si el mismo no la práctica. Me da vergüenza y disgusto ver la cara de ciertos politicos sucios apoyando a Trump. Como dijo un amigo actvista gay y proderechos de mujeres en Nueva York, cuando vio la foto de Jennifer González y el anuncio que ella votará por Trump: “Qué asco”.
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