Wednesday, July 11, 2012

Jabibonuco


Crónicas de Indios Eunucos: Jabibonuco
(La crónica que a continuación presentamos fue encontrada en los archivos prohibidos de los Archivos de Indios y Eunucos en el Convento de la Monjas Enclaustradas de Caparra. Forma parte de un conjunto de crónicas que documentan las vidas de hombres europeos e indígenas que, por considerársele como seres  especiales  (honrados con cemíes que luego fueron destruidos por la iglesia) eran protegidos por los caribes. Por razones de seguridad personal, el nombre del investigador que encontró y sustrajo estas crónicas no será divulgado hasta tanto no se compruebe la veracidad de las misma. Algunos de los pasajes de esta crónica fueron borrados, obligando al investigador a sugerir lo que es estos una vez se decía)

“La Enagua, nombre con el que bautizamos la inmensa yola,  zarpoo a la medianoche y después de navegar por la  bahía mas exuberante que hombre haya visto  alejándonos de las costas de la isla que los nativos llaman  Boriken, avistamos una goleta que nos venía siguiendo. Jabibonoco y Don Diego de Sotomayor apresurorense a apagar el buren que calentaba el casabe que habiéndonos Guanina preparado antes de partir de la isla era el único sustento con el cual navegariamos toda la noche hasta avistar la primera ysla de los Caribes. Jabibonoco conocía la ruta siendo este valiente y leal compañero dedicabase a  ayudar en la huida a los eunucos Tainos y sus algunos amantes penisulares. Erase Jaibonoco antiguo eunco de Guanina y llevase a este servidor y su fiel enamorada hasta la isla de los Caribes donde aposentan los amantes perseguidos por el Santo Obispo y su exclencia don Juan Ponce de Leon.

Las luces de las fogatas de los bateyes en los yucayeques Caribes alumbrabasen las costas de las islas donde estos fuertes y altivos guerreros recibían a los que Ponce de Leon y el Opisbo de Indias perseguían. En la madrugada cuando la yola fue avistada por las yolas de los Caribes las fogatas señalaban el camino hacia la mas grande de las islas donde viven tan amables y libres gentes. Todas estas universas e infinitas gentes a todo género crió Dios los más simples, sin dobleces, sin rencillas ni bullicios, no rijosos, no querulosos, sin rencores, sin odios, sin desear venganzas a menos que se les ataque sin aviso. Son también gentes paupérrimas y que menos poseen ni quieren poseer de bienes temporales; e por esto no soberbias, no ambiciosas, no codiciosas. Su comida es tal, que la de los sanctos padres en el desierto no parece haber sido más estrecha ni menos deleitosa ni pobre. Sus vestidos, comúnmente, son en cueros, cubiertas sus vergüenzas, e cuando mucho cúbrense con una manta de algodón, que será como vara y media o dos varas de lienzo en cuadra. Sus camas son encima de una estera, e cuando mucho, duermen en unas como redes colgadas aquellos llaman hamacas.

A las seis horas llegamos aquí a la isla. A ver la isla; que si las otras ya vistas son muy hermosas y verdes y fértiles, ésta es mucho más y de grandes arboledos y muy verdes. Aquí es unas grandes lagunas, y sobre ellas y a la rueda es el arboledo en maravilla, y aquí y en toda la isla son todos verdes y las hierbas como el abril en Andalucía; y el cantar de los pajaritos que parece que el hombre nunca se quería partir de aquí, y las manadas de los papagayos que oscurecen el sol; y aves y pajaritos de tantas maneras y tan diversas que es una maravilla. Y después hay árboles de mil maneras y todos dan de su manera fruto, y todos huelen que es maravilla, que yo estoy el más penado del mundo de no los conocer porque soy bien cierto que todos son cosa de valía y de ellos traigo la demuestra, y asimismo de las hierbas. Andando así en cerco de una de estas lagunas, vi una sierpe, la cual matamos. Ella como nos vio se echó en la laguna, nos le seguimos dentro, porque no era muy honda, hasta que con lanzas la matamos; es de siete palmos en largo; creo que de estas semejantes hay aquí en estas lagunas muchas. Después se llegaron a nos unos hombres de ellos, y uno se llegó aquí. Yo di unos cascabeles y unas cuentecillas de vidrio y quedo muy contento y muy alegre; y porque la amistad creciese más y los requiriese algo, le hice pedir agua. Estaban todos desnudos y en parejas abrazndose unos a otros como si fuesen mujer e hombre en mandato cristiano.  que después de bien mirado todo lo que aquí he dicho, que no es toda burla lo que escribo acerca de lo acaecido en la ysla de los Caribes donde iban a vivir los eunucos y sus aparejados, torne a proseguir mi relación, porque la verdadera política y agraciado componer es decir verdad en lo que he escrito. Conviene constatar aquí que la versión de Fray Abad es de igual modouna falsificación, pero lo que nos interesa es lo que narra y como cómo lo narra. La Goleta que nos seguia entro por otra bahia, tomandonos de sorpresa, y matando a todos los hombres que alli se encotraban, y bajo los ruegos de mi persona, explicandole quiee era nuestro mas fiel sirviente e inocente creyente, el Capitan Don Francisco de Zapatero y Aznar le perdono la vida a Jajibonoco quien lloraba descosaladmente al ver a su mas querida pareja don Diego de Sotomayor ser quemado en una hoguera junto a los demas hombres que aquella isla  poblaban.”

“Relaçion general que Yo Marques de Boba Dilla   hago para le ynformar  a nuestro representante en la tierra el Obispo de la isla de Saint Joan y a los señores de su rreal consejo de yndias de las cosas subçedidas e la da ysla de los Caribes dende que por el mandato parti a conocer y atestigua las sobre como vivian los indios en pareja con los hombres cristianos della tan diabolica isla ”


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