Como me lo contó uno de los asistentes a la fiesta en San Juan de Puerto Rico, que mientras me lo contaba parecía estar muy de acuerdo con la actitud del gringo. Lean y opinen:
El estadounidense mayorcito, gordo y colora'o, les dijo a los gays boricuas que de su casa no se iba nadie hasta que apareciese su laptop. Los boricuas gays no protestaron, se quedaron quietecitos, sentaditos en sus asientos en la sala de la enorme casa, por unas cuantas horas, asustados -uno de ellos era amante del gringo-, y luego sonrieron y aplaudieron cuando el gringo y su amante boricua encontraron la laptop en una gaveta de un mueble, en otra habitación de la casa donde el olvidadizo, y otras cosas más, gringo la había escondido -no dudo que fue para evitar que ninguno de sus invitados se la robara (esto último no lo dijo el que me contó el chiste, un abogado colonialista y, obvio, bastante doblegado, quien se llenó el pecho de aire mientras lo decía, debido al "susto" que pasaron). Cosas extrañas de la vida real son vividas en la colonia gay dentro de la colonia estadounidense en el Caribe. Lo cuento sin cambiar nada.
Friday, September 30, 2016
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