no quise ver quién eras, cómo pensabas, no mentiste, decías por quién votabas, igualito al líder de discurso torcido, que tanto adulabas, diestro en cómo controlar sensaciones, y luego, como el señor de podio y falso compromiso, lograste apoderarte de la masa sin cerebro, deseosa de ser acurrucada.
Fui yo el que engañaba a su juicio, no me fijaba en los trucos verbales, traicionando principios, satisfacía el ego para creerme amado por el político de podio y falso compromiso.
Junto a tu político fascista logré conocerme, pero era muy tarde: Hitler castró y mató a miles y miles de homosexuales vestidos con uniformes nazis, después de hacerle creer que los quería y que por ser arios eran sus iguales.
Thursday, September 1, 2016
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