Hace años que estaba por dejarte saber que por más progresista y transgresor y fundacional que creas ser en el desarrollo del Queer Theory, siempre fuiste, muy parecido a otros escritores que proceden del mundo de los antiguos burgueses puertorriqueños, un paternalista, elitista, completamente ignorante blanquito boricua, en cuanto a lo jíbaro en la historia puertoriqueña. Claro, como el típico miembro de tu clase, no soportas que un hijo de los cerros te cuestione tus valores e ideas, y yo, no directamente, a través de los escritos sobre el asunto, eso he hecho.
“Que lo jíbaro es un mito”, escribiste a uno que fue criado con el canto de unas buenas décimas y bailando “seis chorreao” en el “soberao”, oyendo “veí, dir, asina”, describiendo al mundo desde una perspectiva en los cerros, que hablaba de los otros puertorriqueños como “esos blanquitos, negros de la costa, de la losa”, y que ante la historia de la conciencia de los grupos que hoy conforman la puertorriqueñidad, fue el primero en la isla que asumió una identidad y cultura propia.
“Pájareta inquieta, tú quieres brincar y quieres tirar contra la escopeta, pero oye analfabeta, que yo soy jíbaro aguzao.... pero en cuestión de versos yo pico el bacalao..... que allá en la montaña, yo tengo mi trono.... si quieres porfía, tírate, por ver..." (Ramito y la Calandria, "El Pájaro y la Escopeta: Controversia)
En el Puerto Rico del siglo 18 la clasificación de los grupos poblacionales incluía a los peninsualres; los criollos: hijos de europeos, nacidos en las Américas, fuese en la isla o en cualquier colonia española; distintas clases de negros: bozales, cocolos “de las islas”: y al primero y único formado en los cerros de Puerto Rico, producto del mestizaje. Fueron llamados “jíbaros” por el lenguaje creado como resultado de las teorías de castas, y ellos revirtieron el significativo despectivo del nombre, y lo usaron/usan para dentificarse: Jíbaros. Aislados hasta bien entrado el siglo 19, “ay leee, lelé, leleee”, crearon la primera cultura verdaderamente puertorriqueña. Por algo, el pintor español, Luis Paret y Alcázar, desterrado en Puerto Rico, en el 1776 los registra y nombra en su cuadro: Autorreto de un Jíbaro Puertorriqueño.
Eres tan ingenuo y presumido, que te atreviste, ofreciste a editar un libro mío, tú, un blanquito boricua para quien lo jíbaro es la música navideña y los pasteles de masa. Entre palabra y palabra, pude comprobar que ni los escritos recientes, críticas del paternalismo en la literatura puertorriqueña conocías. El paternalismo de tu clase ya te había salido “pa’fuera” (por alguna razón los jíbaros han rechazado al Partido Independentista, por estar controlado por un grupúsculo, compuesto por intelectuales blanquitos como tú), y este jíbaro ya había conocido a muchos de tu clase, quienes no se distinguen en nada de los “gringos liberales”, igual de “llenos de aire y farfulleros”. Además de darme cuenta, que sabías mucho de unas cuantas cosas, pero muy poco en cuanto a la historia de Puerto Rico se refiere, y mucho menos, conocías la crítica que se ha hecho de la representación y distorsión de lo jíbaro en la literarura boricua.
"A un múcaro que cantaba en la horqueta de un palo.... y yo ansioso por coger el múcaro en la horqueta.... el múcaro me miraba como pidiendo piedad y con intranquilidad de un gancho a otro saltaba....y una vieja con muletas me amenazaba al ver que yo molestaba al múcaro en la horqueta.... yo estaba loco por jugar con un múcaro emplumao.." (Germán Rosario: El Múcaro y la Horqueta).
"A un múcaro que cantaba en la horqueta de un palo.... y yo ansioso por coger el múcaro en la horqueta.... el múcaro me miraba como pidiendo piedad y con intranquilidad de un gancho a otro saltaba....y una vieja con muletas me amenazaba al ver que yo molestaba al múcaro en la horqueta.... yo estaba loco por jugar con un múcaro emplumao.." (Germán Rosario: El Múcaro y la Horqueta).
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