Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma... ¡Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma... ¡Yo no sé!
(Los Heraldos Negros por César Vallejo)
Caminaron juntos por senderos brillantes, por rutas morbosas y juegos siniestros. Uno siguió por el rumbo que no se ve, por el cual no está permitido llevar bizcochos, tenis de marca, novios engañados, amistades traicionadas, obsesiones y mentiras. El otro desea seguir con él. Lo abruman sus cargas, obscuros momentos que no quiere soltar. Prefiere pensar que es la ausencia del amigo lo que lo atormenta, entristece. Evita sentir "la resaca de todo lo sufrido", empozada en el alma.
No comments:
Post a Comment