En Tía María lo vio por primera vez, y luego en la barbería unisex de San Patricio. SonrIeron, señalaron butacas, pusieron delantales, cotas, hicieron y contestaron preguntas sobre el corte -rapado- de pelo. Gracias. Buena propina. Toda una sensación de compatibilidad que no llegaba hasta las diferencias: edad, escuelas, estudios avanzados, yo hijo de jíbaros de antes, él hijo de Puerto Nuevo, libros y revistas, museos, bibliotecas, campuses, arte, preocupaciones -o falta de- en torno a clases y colores en las islas de los espantos, Lo saludaría si lo llegase a ver de nuevo en Tía María; o quizás, bajaría los humos, suspendería las defensas, y chismearíamos como se hace en un cafetín con ínfulas de pub. Espero que no sea todo lo contrario, un pub con ínfulas de cafetín.
Sunday, July 29, 2018
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