Monday, August 5, 2019

NORA MERLIN Y LA COLONIZACIÓN DE LA SUBJETIVIDAD ACOMPAÑADA POR FACUNDO CABRAL

“Ya no se trata de un poder exterior visible e identificable que se impone mediante la fuerza, como fue el Plan Cóndor para el Continente Latinoamericano, los golpes de Estado realizados por las Fuerzas Armadas y las dictaduras de los 70. Estamos frente a un poder invisible, simbólico e imaginario, que se entrama en todos los aspectos de la cultura y crea e instala el sentido común a través de distintas técnicas de sugestión y manipulación. Este poder se encarna fundamentalmente en tres agentes: los medios de comunicación concentrados, la educación y la salud mental, que logran producir en gran parte de la sociedad lo que defino como 'colonización de la subjetividad'.

Se trata de una hipnosis colectiva que conduce a una obediencia inconsciente de un ciudadano que se cree libre y que no registra que es un esclavo posmoderno que cumple órdenes.

Las características principales del colonizado son el individualismo, el consumo ilimitado, la exacerbación de la imagen, la ausencia de pensamiento crítico, el pensamiento despolitizado, la repetición de una retórica automática, vacía de contenido, racista y xenófoba. Una subjetividad deprimida, deudora y culpable porque el individuo, empresario de sí mismo, nunca da con la talla esperada por una cultura meritocrática organizada como un negocio. Una subjetividad angustiada, medicalizada, con niños etiquetados en un totalitarismo de la normalidad. 

Una subjetividad que se autoexplota porque introyecta los imperativos culturales en los que ninguno de sus rendimientos alcanza. Una subjetividad sin pasado, sin legados simbólicos y sin memoria que, además, tiene la obligación de ser positivo y feliz.

Los medios corporativos ejercen un totalitarismo comunicacional y semiótico, un discurso único que digita el sentido común y lo impone a fuerza de repeticiones, mentiras, posverdad, marketing, e instalación de prejuicios, creencias y odio.

El poder mediático se apropia totalitariamente del significado de las palabras. Por ejemplo la democracia es sin pueblo, la política es violenta, la militancia está conformada por vagos, los trabajadores estatales son ñoquis, etc.”*

Mientras leo a Nora Merlin, trato de desenredar ese mundo subjetivado, descifrar los códigos cuyos signficantes tratan de hegemonizar la realidad alterada, desmantelar loa andamios que conforman las estructutas posmodernas de la posverdad, conocer los desdobles de los sujetos transgenerados, descolonizar mi mente neocolonizada, y oigo a Facundo Cabral cantar: "pobrecito mi patrón, piensa que el pobre soy yo". 

*(Carlos Saglul. “Entrevista a Nora Merlin”, Canal Abierto. 22 de marzo de 2018)

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