Español "is not a heritage language" para los puertorriqueños. Es más, me atrevo apostar a que detrás de ese concepto, "heritage languages", se encuentra un valor añadido al proceso de colonización y marginación que viven los puertorriqueños que migran a los estados federados desde el territorio/colonia.
Los puertorriqueños no son una comunidad de inmigrantes comparable a los otros grupos que proceden o descienden de países libres cuyos ciudadanos no se ven acosados e invadidos económica, lingūística y culturalmente con la intensidad como la que se vive en Puerto Rico y que, por lo tanto, continúa como proceso político en los estados federados.
Habiendo experimentado en City College, una vez desaparecieron los profesores puertorriqueños con cierta inclinación política de la Facultad de Educación, el cambio de tono y enfoque que se dio en el currículo que guiaba la formación de maestros bilingūes, y la completa marginación de las discusiones que se fundamentaban en una perspectiva colonial y la necesidad de entrenar maestros puertorriqueños, al igual que la merma en estudiantes puertorriqueños, no me cabe duda que detrás de ese nuevo nombre, Heritage Languages, se encuentra, abiertamente o subyacente, un interés por parte de los que promueven el discurso de las lenguas en los Estados Unidos de reprimir la participación de aquellos que sostienen que el español para los puertorriqueños es un idioma vernáculo dentro de una comunidad bilingūe en los EEUU, y que argumentan a favor de que la discusión del español puertorriqueño no se puede reducir a la preservación y protección de una lengua como si fuese una pieza de museo.
El español es para muchos puertorriqueños, aquí y en el archipiélago, una herramienta o arma de resistencia, y no una opción más; excepto para los que escogen asimilarse, e, incluso, estos últimos deben estar muy bien informados sobre este asunto una vez deciden hacer esta decisión.
Cuidado con los liberales, que detrás de su su supuesta benevolencia se esconde un paternalismo craso, y una capacidad para marginar, excluir, porque, quizás, así se sienten superiores, satisfacen sus egos. El "excepcionalismo" norteamericano se manifiesta de formas muy extrañas y calculadas. Ese cambio de nombre "is not an academic accident", y puede que los que lo promueven no se hayan dado cuenta de que cayeron en una trampa política. "Júyanle" a aquellos, los "mesmos" a los que el jíbaro de Llorens Torres les dijo "unjú".
(Y si usted no entendió la última oración, pues más motivo para aprender sobre el español y los puertorriqueños; y mientras aprende oiga la plena que cantaba Mon Rivera y que dice: "Mamita, llegó el obispo, llegó el obispo de Roma. Mamita, qué cosa linda, mamita qué cosa mona, mamita, si usted lo viera....". ¿Que. qué tiene que ver un obispo con el idioma? Pues a aprender más sobre el el español puertorriqueño y las armas que ha usado para su defensa.
Para empezar, "darle un la", esa plena se oía durante una de las épocas más sangrientas en la lucha de los puertorriqueños por su independencia, que incluyó, además de asesinatos, encarcelamientos por parte de los EEUU y sus lacayos criollos, llenar la iglesia Católica con curas y monjas, "coloraos", del pais que Nicanor Parra inmortalizó en su famosa frase, "USA te usa". Vuelvo y repito, cuidado con los académicos liberales.)
Saturday, April 18, 2015
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