Tuesday, April 14, 2015

31. Sexo. Montevideo a Punta: La versión de un bolero en voz de la Tellado

Un reloj no marcaba las horas, detuvo el camino, el tiempo en sus manos, y de no ser así, si sus agujas comenzaban a moverse al ritmo de la sensual melodía, los amantes, el autor, los oyentes, aterrorizados, temerosos de que solo les quedara esa noche para vivir el momento, el único, "solamente una vez amé en la vida", hubiesen enloquecido.

El éxtasis musical, estético, sexual, narrativo se fundieron en múltiples e inigualables orgasmos explosivos.

Una noche perpetua, un tierno inicio, lento preludio, eterno e interminable placer sexual, con sus caricias, besos, erecciones y deseos en crescendo, compenetraron a los amantes, al autor, lectores, y a todos nosotros, que no podemos separarnos.

Un bolero profundamente meloso, pegadizo, detenido en el tiempo; olvidaba las agujas. Dentro del bolero, y al lado del reloj, ellos gemían; adoraban la seda de las manos, los besos que se  daban; exploraban cada espacio, órgano; convertían al otro, la otra, en partes de sus almas.

- La sangre, el sémen en el Porsche, ¿de quién era?
- ¿Por qué me acostumbró a todas esas cosas?
- ¿Quiénes iban en camino a Punta?
- ¿Por qué me acusan de ser la culpable de todas sus angustias? ¿Por qué?, ¿por qué?, si nunca le dije que no.

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