A mi amiga, la pintora, la invitaron a un BBQ en Guaynabo y dijo que no podía ir. A ella no le gustan los gays que viven en ese tipo de entorno, cuyos juegos sociales se repiten; reproduciendo los valores pequeño burgueses, fomentando el mantenimiento del estatus quo; que, a su vez, solidifican las estructuras que los discriminan. Ella, aunque para asuntos homosexuales es muy reprimida por causa de problemas personales que le aquejan -que tiene muy claros-, para lo que tiene que ver con jugar a los buenos modales clases medias no lo es. Prefiere irse al caserío o a las parcelas o a chinchorrear, que pretender ser una señora encantadora en suburbia portoricensis. Usa los maniquís como modelos cuando pinta; no es uno de ellos.
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