Comenzó con un "no me quiere”
calculado,
pues la flor de yuyo tenía seis pétalos.
Frente al mar en Piriápolis
deshojó cada uno; suspiraba
cuando arrancaba los frágiles pétalos,
luego los tiraba hacia la marea.
Con el último,
mientras lo soltaba
exclamó: "Me quiere. Me quiere”.
Regresó solo a su habitación
en el Hotel Argentino se amó.
Con el tallo se amó.
calculado,
pues la flor de yuyo tenía seis pétalos.
Frente al mar en Piriápolis
deshojó cada uno; suspiraba
cuando arrancaba los frágiles pétalos,
luego los tiraba hacia la marea.
Con el último,
mientras lo soltaba
exclamó: "Me quiere. Me quiere”.
Regresó solo a su habitación
en el Hotel Argentino se amó.
Con el tallo se amó.
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