Dijo una reverenda en la radio que Dios registró el décimo mandamiento en Éxodo 20:17: “No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo”. Añadió que la conciencia nos ayuda a controlar la codicia; que la puedes controlar, aunque no puede suprimirla. Puedes desear la mujer o la casa de tu prójimo, pero no tienes que poseerlas. La conciencia es la que ayuda a dirigir los deseos. La conciencia está sujeta al corazón y al cerebro. El cerebro y el corazón son biológicos. Tampoco puedes suprimir la biología. Aparte de si crees en Dios o en pecados, la codicia y la conciencia ayudan a entendet el corazón y el cerebro.
Thursday, December 21, 2017
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