PATRICIA HIGHSMITH, EL DIARIO DE EDITH (1977) Y EL ENLOQUECEDOR CASO DEL HOMBRE INDOCUMENTADO (INÉDITO)

Edith es una mujer “progre”, tan “progre” como puede ser la superficial “middle class” a la que pertenece, Su hijo, por nada moral, socava meticulosamente el equilibrio de Edith, madre más negadora que tolerante. El hombre indocumentado no tiene hijos, y en vez del de Edith que derrumba los valores “middle class”, son los objetos, adquiridos bajo mentiras, los que le desmantelan el andamio y presunción de pequeño burgués del hombre indocumentado. El propio pathos, el que acorrala a Edith como al hombre indocumentado, es la falsificación del ser que tiene un correlato subyacente. En ambos relatos, la pantalla que separa las apariencias de ambos personajes -la muy progre Edith y el muy chic indocumentado- de sus demonios interiores se derrumba cuando la verdad sale a relucir: Edith mintió en su diario; el hombre indocumentado, a los amigos que terminan enterándose de que no era un miembro -en todo el sentido de la palabra- de una familia pequeño burguesa latinoamericana, sino, un ladrón de guante fino.